lunes, 20 de diciembre de 2010

Capitulo IX

9





Hace 20 años, Gerard lo había ingresado al mundo de los e-mails cuando las giras terminaban y cada uno estaba en su casa. Para el 2020, ya se había vuelto una costumbre para Iero enviar e-mails todo el día, en especial un mínimo de diez diarios ha Gerard, desde que este murió.
Los e-mails eran el mejor refugio de Frank, así evitaba tener que dar explicaciones detalladas de los constantes ataques que había recibido del señor encapuchado, puesto que sus amigos y algunos no tan amigos que fingían muy bien serlo, morían de ganas por saber hasta el ultimo detalle morboso de lo sucedido, cosa que para la salud mental de Iero solo había sido contado a la policía y no siempre contando el detalle mas sucio, puesto que al recordarlo siempre lo metía en un estado de shock.
Así que Frank decidió alejarse de sus buenos amigos que ahora lo veían como un desparpajo humano y prefería estar encerrado en su casa (cuando no estaba encerrado en un hospital) y enviar e-mails. Escribir hasta que la yema de los dedos se llene de cayos y claro Michael Pedicone los revise, termine con él y quiera matarlo.

Frank miro nuevamente el mensaje con el rostro empapado en lagrimas, pero ya sin llorar. Lo leyó otra vez, una y otra vez, despacito. Sentía que su corazón se salía literalmente de la boca por las fuertes palpitaciones que ejercía. Tenía una mano en el pecho y otra en el I Phone. Gerard le había contestado. Realmente le había contestado.



Para: diablorojo666@skeletoncrew.com
De: partypoison@gmail.com
Asunto: RE: :(

Frank, ¿por que no te escribí a ti? ¿Por que sigo siendo un maldito imbécil? Me merezco todo lo que me esta pasando. Ya no siento las piernas, me duele todo pero sabes que me duele mas? Saber que no volveré a besarte. Lamento el daño que te hice, si pudiera volver el tiempo tu y yo seguiríamos juntos y quizás no estaría encerrado aquí.



Las lágrimas de Frank todavía escocían en los rabillos de los ojos. Cerró los ojos e intentó recordar el correo que Gerard le había enviado a Lindsey. Era tan distinto. En el, Gerard le pedía desesperadamente ayuda, quería salir de ese hueco en el que ese loco lo había metido. El mismo loco que lo estaba volviendo loco a él atacándolo sin piedad, el mismo loco que había desaparecido desde que un fan se suicido en la celda de la comisaria de New Jersey, declarando ser el encapuchado. Pero entonces si Denver era el encapuchado ¿había alguien más? ¿Dónde esta Gerard? ¿Quién lo tiene preso? ¿Por qué ya no pedía ayuda? Frank volvió a leer el correo, necesitaba desmenuzarlo para poder entenderlo, por que de creerlo ya lo hacia. El cree cada palabra que estaba escrita en ese correo, el sabia que Gerard estaba vivo, lo sentía aquí dentro donde todo se junta, en su centro, en lo mas profundo de su ser, sabia que Gerard estaba vivo, que le había escrito ese mensaje, pero ¿Cómo?

Apagó las luces y se metió en la cama. Tenía una felicidad en el pecho junto a un dolor que no lo dejaba sonreír plenamente del todo. Además, le había empezado a doler la cabeza y Pedicone no estaba darle masajes o al menos una aspirina. Pensó en el y sintió lastima. Se había comportado como un cabrón al escribir esas cosas a Gerard, eran ciertas, pero el no lo merecía, aunque claro tampoco tenia por que leerlas, lamentablemente la curiosidad mato al gato, en este caso a Michael Pedicone ¿Realmente se había ido o estaba en otra habitación de la casa? Frank no lo sabia, y en el fondo tampoco le importaba, a veces simplemente Pedicone lo estorbaba. Vivía con él y nunca había aparecido cuando el maldito encapuchado se había metido a la casa para atacarlo, entonces ¿para que demonios lo tenia a su lado? De acuerdo, le hacia compañía, le calentaba los pies, le acariciaba el cabello y hacían regularmente el amor, pero Pedicone no era Gerard y Frank quería a Gerard, como en este momento, en el que solo quería volver a leer el correo que le había enviado, necesitaba entenderlo, sobre todo responderle. Vio la hora del e-mail y su reloj, ¡Demonios! había pasado media hora re leyendo el correo y no lo había respondido. Frank sintió rabia hacia si mismo, quizás Gerard estaba ahí conectado en algún lugar esperando una respuesta y el había estado pensando estupideces. Ahí fue donde abrió su corazón y tecleo.



Para: partypoison@gmail.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: RE: RE: :(

Se me salió el corazón de la boca cuando me llego tu correo, Gerard voy a sacarte de ahí, no digas tonterías tu no te mereces estar donde estas. Si supieras todo lo que me ha hecho ese loco de mierda, casi me mata. ¿Sabes quien es? Por favor dime lo que sepas, te sacare de ahí mi amor, lo hare aunque sea lo ultimo que haga. Te amo, no lo olvides nunca.



Apretó ENVIAR y se quedo mirando el I Phone hasta que la luz del teléfono se oscureció. ¿Seguía conectado? Apretó una tecla para esclarecer la pantalla y volvió a leer el correo de Gerard. Estaba tan concentrado leyendo que no sintió el chirrido de la reja de su casa tronar la pared. Tampoco escuchó como las botas de barro chillaban al caminar por la sala y subir las escaleras hasta llegar a su habitación. Y menos se dio cuenta de que alguien lo observaba desde la puerta con una mueca torcida en los labios que fingía ser una sonrisa. Una sonrisa escalofriante que mostraban unos dientes amarillos con manchas marrones de café, una lengua oscura por el cigarro, unas heridas con pus causadas por un herpes mal curada.

Frank se inundo inexplicablemente de una felicidad completa, sentía a Gerard ahí con él, hasta creía olerlo cerca. Comenzó a cantar en su cama, mientras releía el correo. Cantaba una canción de hace 30 años, una canción que en algún momento le canto a Gerard, una canción que le dedico una noche que se reconciliaron. Gerard, mi Gerard… si tan solo estuvieras aquí…


Te sostengo mientras las ondas de chocan hacia abajo en el Jersey Shore…
No se puede pensar en un momento en que necesitaba más…
Tu piel es tan pálida que refleja el brillo de la luna


Frank cerró los ojos con el celular en el pecho y siguió cantando con el corazón contento, moviendo su cuerpo suavemente sobre las sabanas, sintiendo como si Gerard estuviera ahí, como si pudiera verlo, sentirlo, como si las sabanas fueran el cuerpo de Gerard tocándolo, queriendo poseerlo…


Respiro en el cuello
Hacer nudos con los dedos
Sé que pronto estarás fuera de mi alcance
Un beso con boca cerrada a los ojos abiertos
Un último momento antes del adiós


Al cantar esto último su cuerpo, sintió un airecillo entrar en la habitación, un airecillo con un olor familiar que lo estremeció, creyó sentir a Gerard respirar a su lado, respirar en su cuello. Frank sintió un hormigueo entre las piernas y comenzó a acariciar su miembro sobre su ropa interior, con los ojos cerrados, con Gerard en su mente.
Siguió cantando, hasta que un calor invadió su cuerpo y por supuesto el cuerpo que a su lado veía la escena. Introdujo su mano debajo de su bóxer, masturbándose sin dejar de cantar y gemir en cada estrofa. Frank sentía que iba a llegar al clímax… la canción estaba por terminar, la luz del celular se había apagado hace mucho y no había vuelto a repiquetear ningún nuevo mensaje… pero no le importaba, Gerard estaba vivo y el estaba por tener un orgasmo.


Tu eras tan perfecto, pero no eterno
Estoy casi convencido que no paso nada entre nosotros


Y al decir esto ultimo, se vino.
Mancho su mano, sus sabanas, pero no le importo. ¿Por qué demonios le iba a importar? Permaneció con los ojos cerrados, con una sonrisa en los labios, hasta que sintió una lengua rasposa lamer su sexo. Estaba tan extasiado que pensó que estaba soñando, cuando la lengua continua raspando su miembro pensó que el sueño se había convertido en una pesadilla por el dolor que comenzaba a sentir, cuando abrió los ojos y la lengua siguió raspándolo ahí abajo, supo que su peor pesadilla era real.

Unos ojos verdes brillosos lo miraban en la oscuridad con demencia, odio, lujuria. La lengua oscura del sujeto se empezó a mover fuera del miembro de un asustado Iero y habló.

- Me aseguré que Pedicone no vuelva… ¿puedo continuar?
- Pe…pe… ¡Pero que demonios! ¡tu… tu estas muerto!

Iero retrocedió al respaldar de la cama con el miembro aun erecto y con la sensación de haber sido raspado por una lija. La sombra de un hombre vestido completamente de negro estaba sobre él, intentando desesperadamente volver a introducir el miembro de Iero en su boca. Frank intento zafarse inútilmente, pero el sujeto ya lo tenía contra el respaldar de la cama pegando su cuerpo a este. ¿Pero como demonios puede estar vivo? La respuesta era simple. El encapuchado no era Daniel Denver. Bueno, eso ya lo había sospechado antes, pero tenía una minima esperanza de que sea cierto, de que el maldito había muerto y no volvería nunca más, pero no era así, estaba ahí, frente a él, relamiéndose los labios que a penas podía distinguir por el pasamontañas que llevaba encima.

- ¿mi lengua te pareció muerta? – dijo sonriendo
- ¡Aléjate de mí! ¡Voy a llamar a seguridad! ¡A la policía! – gritó Iero desesperadamente

Acercó su mano al intercomunicador y lo apretó varias veces pero nadie respondía. Los ojos verdes lo seguían en la oscuridad sin moverse, había soltado el cuerpo de Iero y eso fue lo que mas lo atemorizo. En un ataque de desesperación por librarse del encapuchado, Iero se golpeo la pierna con la mesa de noche y cayó de cabeza al piso con la lámpara encima. La prendió y al fin pudo ver lo que antes no había podido aparte del mismo pasamontañas negro y la capucha del mismo color. Vio los ojos verdes del sujeto encapuchado. Unos ojos verdes que el recordaba ver visto antes… ¿Pero donde? La cabeza la iba a explotar y el seguía con el pene erecto.


- Veo que quieres jugar – dijo el sujeto mostrándole los dientes manchados

Iero inútilmente intentó tirarle un puñete al rostro del sujeto encapuchado pero este sujeto su débil brazo apretándolo, mientras lanzó una carcajada y miró el sexo de Frank. Se relamió y sonrió al sentir el cuerpo de Iero temblar.

- ¡No me toques! ¡lárgate de aquí maldito loco!

El sujeto le soltó la mano con una delicadeza que desesperaba y ponía mas nervioso ha Frank, quien aprovecho para agarrar una almohada y apretarla sobre su cuerpo desnudo. El sujeto lo observaba con sus brillosos ojos verdes mientras Iero corría torpemente hacia la puerta de su habitación, donde en el camino se cayó una vez más.

- Vuelve a la cama, será peor si huyes
- ¡lárgate! – grito nuevamente Frank, pero esta vez lo hizo con todas sus fuerzas - ¡lárgate de mi casa! ¡de mi vida! ¡maldito loco de mierda!
- Ya te measte otra vez

Frank no había sentido el líquido caliente que bajaba entre las piernas desnudas hasta que lo vio. Se quedo estático en el umbral de la puerta de su habitación con la almohada cubriendo su miembro. El sujeto se levanto suavemente de la cama y se acercó hacia él.

- ¡No te me acerques! – grito Iero desesperadamente
- ¿Por qué no corres? ¿Por qué sigues ahí?
- Sé que eres tu Mikey, lo sé
- ¿Mikey? ¿Te estas acostando con él? – interrogó el encapuchado, había perdido la calma, ahora sonaba furioso.

Oh Dios mío… ¿No es Mikey? Pensó Frank
¡NO ES MIKEY!
Si no es Daniel Denver, si no es Mikey Way. Dios… ¿Quién demonios es? Esos ojos, esos ojos verdes ¿Dónde? ¿Dónde los ha visto antes?


- Se que eres tú – insistió Iero sin creérselo - ¡lo se! ¡y no te tengo miedo! – al decir esto, otro chorro de orines se resbalo por sus piernas haciendo un charco amarillo a sus pies
- Te haz acostado con todos… ¡con todos! – dijo el encapuchado sujetándolo por los cabellos
- ¡No me toques! – chilló Frank con el rostro empapado en lagrimas y las piernas de orines
- Perra asquerosa… te gusta que te la metan ¿no? ¿te gusta?


Las manos largas y callosas del encapuchado bajaron de sus cabellos hacia su cuerpo, tocando sus muslos y subiendo por sus nalgas, abriéndoselas con las manos hasta hacerlo gritar de dolor, sentía que lo estaba partiendo por la mirad. Iero gritó y el sujeto sonrió, bajándose el pantalón, sacando su miembro pálido y erecto, introduciéndolo en Iero, sacudiéndolo dentro de este.

- ¿te gusta perra? ¡te gusta!

Lo penetró fuertemente, mientras Iero intentaba zafarse inútilmente con torpes golpes sobre el sujeto, sabia que no podía hacer nada. Estaba a merced de él, tan solo temblaba, era lo único que le quedaba. El encapuchado bajo la intensidad de sus movimientos y terminó dentro de él. Lo llevo cargado hacia la cama, Iero aun sujetaba débilmente la almohada que estaba en medio de ambos cuerpos. Lo echó suavemente en la cama, cosa que aterrorizo mas a Frank y se inclino sobre el, posando sus ojos verdes sobre él.

- ¿me extrañaste?

Las manos del encapuchado acariciaron el rostro de Frank suavemente, y sujeto su rostro acercándolo al suyo. Frank sintió su aliento a cigarro y sintió marearse. Los ojos verdes detrás del pasamontañas, besaron los labios de Frank desesperadamente, introduciendo su lengua perversa, dentro de Frank, quien cayó desmayado pensando que todo había sido una terrible pesadilla.

El ladrido de sus perros lo hizo despertarse. Cuando abrió los ojos, se hallaba solo en la cama, ya había amanecido y le dolía todo el cuerpo. Sentía que lo vivido en la noche, no había sido real. Pero si lo había sido. El encapuchado había estado ahí. Frank se levantó de la cama y vio sangre en la sabana, era suya. Se estremeció y sintió dolor al intentar sentarse. Con ayuda de la mesa de noche se levanto de la cama con el cuerpo desnudo y se puso la sabana ensangrentada encima. Caminó hacia el patio donde sus perros ladraban desesperadamente, fue ahí donde encontró un ramo de rosas rojas destrozado junto al cuerpo inerte de Michael Pedicone, quien se encontraba boca abajo en el asfalto en la entrada de la casa de Frank con el cráneo destrozado. Frank emitió un grito de horror. Y retrocedió cayendo sobre el asfalto. Fue ahí donde vio una nota a lado del cadáver de Pedicone. YO TE LO HAGO MEJOR.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Capitulo VIII

8






Michael Pedicone se mudó a la casa de Frank Iero, el mismo día que Gerard Way la deshabito.
Estuvo llamado a Iero todo ese día, pero este no le contesto. Pedicone estaba al tanto de los problemas que últimamente Iero tenía con Way, y también sabia de la llamada de Mike Way una semana antes, cuando Frank escucho a Gerard decirle a su hermano que había embarazado nuevamente a Lindsey, con quien supuestamente estaban separados hacia mas de seis meses, tiempo en el que Frank y Gerard estaban viviendo juntos. Cuando entro a la casa, esta estaba de cabeza. Libros, discos, adornos, cuadros, todo estaba regado en el piso, como si hubiera pasado un huracán por la casa. El estado de Frank era similar.
Tenía la polera rasgada, el pantalón lleno de tierra, una mejilla morada, arañones en el rostro, los ojos hinchados y llorosos.

- Se fue

Fue lo único que pudo decirle entre los sollozos que no lo dejaban hablar. Pedicone lo abrazo y retuvo su cuerpo un buen rato así hasta que el llanto dejo de ser tan intenso. Frank no le contó que paso y el no quiso preguntárselo, solo atino a llenarle la tina y darle un buen baño, luego le dio un par de pastillas que lo hicieron dormir.
Las noticias del embarazo de Lindsey salieron en todas las revistas y redes sociales de Internet. Cada vez que Frank veía estas, sentía que poco a poco se estaba deshaciendo como un reloj de arena. Pedicone se daba cuenta de esto, era imposible no hacerlo, y a pesar de ello estuvo a su lado, hasta el día de hoy.
Ahora recordaba todo esto, mientras manejaba hacia el hospital general de New Jersey a recoger a Frank, por que Lily se había caído de las escaleras.
Frank últimamente estaba muy retraído y nervioso así que para asegurarse que Lily solo se había hecho un chinchón en la cabeza, la llevo para que le hagan todo tipo de exámenes. Pedicone imaginaba la mirada acusadora de Jamia Néstor, sus gritos hacia Frank y las amenazas de quitarle la tenencia compartida a Iero por no vigilar bien a sus hijas, teniendo personal de seguridad al que mantenía para que estén todo el día en el gimnasio.

Cuando Pedicone llegó al hospital, le llamaron la atención dos cosas. La primera fue ver a Frank temblando con un café en la mano, mientras Mikey Way a su lado le hablaba insistentemente al oído. La segunda fue ver a Cherry Iero acariciando el rostro y los labios de Bandit Lee quien a su vez le acariciaba la mano sin dejar de mirarla. Pedicone no sabia donde ir primero, así que se quedo estático en la puerta de la sala de espera mirando ambas escenas, hasta que David Costa, esposo de Jamia Néstor apareció detrás de él.

- Hey Shredicone ¿Qué haces aquí?

Al instante, Cherry y Bandit dejaron de acariciarse y se sentaron mirando al frente con el rostro nervioso. A Frank Iero se le cayó la taza de café en los pantalones mientras Mikey Way comenzaba a secárselos con la mano, poniendo más nervioso a Iero.

- Vine por Frank – dijo mirando a Mikey quien tenia una horrible mueca en la boca
- Parece que Frank no se conforma solo con Gerard – dijo Costa riéndose

Pedicone le lanzo una mirada de odio a Costa y caminó hacia Frank quien intentaba zafarse de Mikey Way sin éxito.

- No es necesario que lo limpies – le dijo Shredicone a Way
- Valla… ahora tu eres el reemplazo de mi hermano, el nuevo cagón
- Que bueno que viniste – dijo Iero intentando levantarse de la silla, pero Way le sujeto las piernas
- ¿Qué cosa? ¿ya te vas? – dijo Mikey Way en voz alta, con enojo en la voz
- Si ya nos vamos – dijo Pedicone - ¿lo sueltas?

Los brazos de Mikey Way estaban aferrados a las piernas de un nervioso Iero quien estaba más pálido que nunca. Bandit Lee y Cherry Iero veían la escena de lejos junto a David Costa quien se había acercado a las niñas con el único afán de hacerles mofa por la escena del padre de una y el tío de la otra en una situación totalmente embarazosa y ¿aterradora quizás? Mikey se había arrodillado y tenía la cabeza ente las piernas de Iero apretándolas a su cuerpo para que no se mueva.

- ¿Te quieres callar? – dijo Cherry levantándose de la silla junto con Bandit
- No me hables así, soy mas padre tuyo que ese maricón – le dijo Costa a Cherry
- Que te tires a mi madre no quiere decir que tú vengas a ser algo mío ¿OK?

Bandit le sonrió a Cherry y caminó junto ha ella, quien se acercaba a su padre que lucia atemorizado al medio de los insultos que se lanzaban Michael Way y Michael Pedicone.
Bandit veía la escena con una sonrisa en los labios frente al nerviosismo de Frank. Cherry no. Estaba enojada y miraba a Mikey.

- Suelta a mi papá – dijo

Frank intentó decirle algo a su hija, pero su boca no articulaba palabra alguna, estaba metido en un shock nervioso desde que Mikey se sentó a su lado y comenzó a insistirle que los pasajes a Ibiza vencían a fin de mes y si este seguía negándose a subir al avión, Mikey lo llevaría a la fuerza o por pedazos.
Pedicone vio la fuerza de Cherry en su voz, sintió admiración por la pequeña al verla enfrentando a Mikey para liberar a su nervioso padre, así que dejo de insultar a Way para dejarla a ella.
Mikey Way la miró y le regalo una mueca horrible que fingía ser una sonrisa.

- ¿Por qué no te vas a jugar con tus muñecas? – le dijo abriendo mas la boca, la mueca se había convertido en una sonrisa escalofriante, Cherry se asustó, pero Bandit no.
- Déjalo Michael, déjalo o te la veras conmigo – amenazó Bandit

Way le sostuvo la mirada a su sobrina por unos segundos y soltó las piernas de Iero quien se quedo quieto en la silla, estaba temblando más. Pedicone se acercó a el y le tomo de la mano para levantarlo pero Iero se lo impidió, ahí fue donde Pedicone se dio cuenta de que Iero se había orinado en los pantalones.

- Maldición – dijo Pedicone, eso sonrojó más a Iero quien estaba al borde de las lagrimas – Way lárgate de una vez – grito Pedicone y Bandit jalo del brazo a su tío fijándose en el charco amarillo debajo de la silla de Iero
- Vamos Mikey

Bandit se llevo ha su tío sin antes darle una mirada a Cherry quien le dijo gracias con los labios. La niña se sentó a lado de su padre y le acarició el cabello.

- Tranquilo papá, ya se fue
- Es el, es el encapuchado
- Frank no hables de eso delante de tu hija, ven vamos al baño

Los ojos de Frank dejaron de estar aguados para desbordarse en lágrimas. Mikey Way había echo que se mee en los pantalones otra vez, lo había metido en un ataque de nervios al que no iba a salir fácil. Pedicone pensó que el culpable de todo esto era Gerard. Todo comenzó cuando el hijo de puta lo dejo, pensó, desde ese día que lo encontré golpeado con la casa echa trizas las cosas se fueron a la mierda para Frank y no volvió a ser el mismo.
Iero había bajado considerablemente de peso desde el primer ataque del encapuchado el 3 de octubre. Ya estaban a vísperas de navidad y si bien el encapuchado no había vuelto a atacarlo desde que Denver se metió un balazo hacia casi un mes, Mikey Way se había encargado de atemorizarlo y hacerle mearse encima.

Una enfermera le dio un par de calmantes a Frank, le prestó una bata y salieron del hospital, no sin antes recibir las amenazas de Jamia Néstor de quitarle la tenencia compartida de las niñas y claro ver a David Costa burlarse de la situación. Frank en una bata de hospital temblando con 10 kilos menos que hace 3 meses y la mirada perdida.
Ya en casa, Pedicone le dio un baño, le dio de comer una sopa instantánea y lo metió a la cama.

- tienes que dormir un poco ¿si? – le dijo acariciándole el cabello

Frank no tenia sueño. Pero tampoco tenia ganas de hablar con Pedicone y menos tener sexo con él. Sabía a donde iba su mano luego de estar en su cabello. Se lo había tirado tantas veces que sabía que esa mano se deslizaría hacia el trasero de Iero y se quedaría ahí hasta que sea reemplazada por el coso de Pedicone. Así que se hizo el dormido, el cansado, el anestesiado (cosa que no era, pues las pastillas que le dio la enfermera no le surgieron efecto) y cerró los ojos hasta que la mano de Pedicone dejo de bajar y se quedo quieta.

Pedicone le dio un beso en la mejilla a Frank y se echó a su lado pasando el brazo por la cintura de su amante. Lo sentía respirar tranquilo, eso lo tranquilaba a el. Últimamente solo veía a Frank en ese estado calamitoso, muerto de miedo y meado encima. Pedicone sentía que se estaba durmiendo a su lado, hasta que lo volvió a la realidad el repiqueteo del celular de Frank. Pedicone lo encontró a lado de Iero, lo agarró, había un mensaje de bateria baja. Otra persona veia el anuncio y dejaba el telefono a un lado, otra quizás lo ponia a cargar, pero la curiosidad de Pedicone pudo más y comenzó a revisar los e-mails de Frank. En la bandeja de entrada había un par de Cherry y el resto eran de él, en mensajes enviados había cientos de e-mails a partypoison@gmail.com.
Party Poison el aguafiestas de Gerard. Frank sigue escribiéndole. Pero ¿Por qué? ¿Acaso piensa que de verdad le va responder? Pedicone no entendía la actitud de Frank, escribirle e-mails a un muerto no es común y menos cuando este ya tiene una nueva pareja, cuando lo tiene a él quien ha estado a su lado para limpiarle los orines. Michael sintió ganas de despertar a Frank y encararle los correos, pero antes tenia que leerlos, abrió todos los enviados ese día.




Para: inspectorlupo@theumbrellaacademy.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Buenos Días

Estoy desayunando panqueques y café. ¿Recuerdas cuando te los preparaba? Te extraño
F.

Para: inspectorlupo@theumbrellaacademy.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Las hojas del jardín

Caen y tu no estas para recogerlas.
Pero yo te veo aquí, te veo recogiéndolas.
Te extraño demasiado…
F.


Para: inspectorlupo@theumbrellaacademy.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Shredicone


Estoy con él desde que tú saliste de casa.
Te mentí cuando te dije que solo se había quedado esa noche que lo viste, aunque en ese momento tú no quisiste oírme, estabas tan enojado…
Acabamos de hacer el amor, bueno el me hizo el amor, yo solo lo deje hacerlo. No tengo cabeza para esto, mi cabeza esta contigo. Te amo Gerard, estoy con él, es una buena persona aunque eso tú ya lo sabes, pero no lo amo, no puedo amarlo por que te amo a ti, solo siento agradecimiento con él, ya lo sabes, es una excelente persona.
F.


Para: inspectorlupo@theumbrellaacademy.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Tú email

Iré a casa de Lindsey a que me enseñe el e-mail que le enviaste, necesito verlo con mis propios ojos.
Te amo.
F.


Para: partypoison@gmail.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: ¿Gerard? ¿Eres tú?

¿Cómo estas? Yo extrañándote…
Lindsey me dio este correo tuyo, me siento un idiota aun escribiéndote pero… como ya te dije antes, te extraño, te extraño tanto Gerard, seria genial si… si estuviera a tu lado. A veces quisiera mandar a la mierda todo esto sabes, meterme un balazo, arrojarme de un puente, meterme tantas pastillas hasta que mi corazón podrido deje de latir, solo para estar contigo…
¿Quién creo este correo?
¿El encapuchado? ¿Denver? ¿Denver era el encapuchado? Aun pienso en Mike… tu hermano esta chalado, me produce escalofríos.
Te amo
F.
PD. ¿me respondes?

Para: partypoison@gmail.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Lily

Se cayó de las escaleras. Olvide decírtelo en el correo pasado, estamos camino al hospital, no tiene nada pero… bueno sabes como soy de preocupado.
Te amo
F.
PD. Si eres tu respóndeme, si no eres tu y eras el loco de Denver bueno el esta muerto asumo que no recibiré ni respuesta.


Para: partypoison@gmail.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Bandit

Esta grandota, cada día se parece más a ti, tiene tus ojos, es preciosa, y dibuja muy bien!
Me ha mostrado sus dibujos, algunos son un poco sangrientos, pero otros no, aunque eso debes de saberlo tu que los veías hasta hace poco… bueno unos meses, es que a veces pienso que hubiera sido ayer el ultimo día que te vi…
Bueno, Bandit esta trabajando en un cómics, le eh ofrecido hacerle unos polos, esas cosas llaveros, tazas, etc. con todo el logo de su cómics, realmente me divierte pasar el tiempo con ella y creo que a ella le agrada eso.
Te amo
F.
PD. ¿POR QUE NO ME RESPONDES?




Para: partypoison@gmail.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: :(

Me eh meado otra vez en los pantalones. Tu hermano me va a matar de un susto, se apareció en el hospital y quiere ir a Ibiza y yo no quiero, dijo que me va cortar en pedazos y llevarlos a Ibiza si es necesario si yo no quiero ir por las buenas. Tengo mucho miedo, el es el encapuchado, se lo pregunte y se rió, Gerard no debiste morir, no debiste dejarme, no debiste, estoy muerto de miedo, Pedicone no contesta el teléfono le eh dejado un mensaje y estoy muy asustado, me siento muy mal.
Si tan solo estuvieras aquí… si tan solo pudieras responderme…
:(



La rabia de Michael Pedicone aumentó.
Se sintió un idiota a lado de Frank, ¿así que no lo amaba? ¿Solo era agradecimiento? ¡Solo agradecimiento!
Michael lanzó el celular sobre el cuerpo de Frank quien se levantó de la cama asustado.

- ¿Qué pasa?
- ¿Qué pasa? ¡Todavía me lo preguntas! – le grito sujetándolo de la polera - ¡eres la mierda mas grande del mundo!
- Pero… Michael
- ¡Así que solo sientes agradecimiento por mí! ¿No? ¡Hijo de puta! – gritó lanzándole un puñete en el rostro, Frank se toco la mejilla y comenzó a temblar.
- Solo… solo son e-mails
- Solo e-mails… ¡Le escribes todo el puto día! ¡Hasta le cuentas cuantas veces entras al baño a cagar! ¡eres una mierda! ¡no se que carajo hago contigo!
- Por favor Michael, por favor no te pongas así
- ¡que no me ponga así! ¿y como mierda debo ponerme? ¡haber dímelo!
- Michael por favor me estas asustando
- Tienes 38 años Frank, dos hijas y actúas como un niño de 5
- Es que… estoy muy…
- ¿muy que? ¿ah?

Shredicone se acercó a Frank quien estaba sentado en la cama temblando, puso sus manos en el cuello de Iero y lo presiono.

- Debería matarte ahora mismo ¡asqueroso hijo de puta!
- No… por favor

El viento comenzó a golpear la ventana y Michael soltó a Iero quien había comenzado a temblar. Se acercó al closet y empezó a sacar su ropa.

- No quiero estar ni un minuto mas aquí
- No, por favor, Michael por lo que mas quieras ¡no me dejes!
- ¿Qué no te deje? No te preocupes quizás Michael Way quiera hacerte compañía – a Iero se le bajo la presión
- No por favor, perdóname, no debí escribir eso, solo fue un e-mail, no me hagas caso

Pero Pedicone lo ignoró y saco una parte de sus cosas del closet, metiéndolas en la misma maleta que trajo el día que se mudo con Frank, la noche en la que Gerard terminó con Iero.

- Ahora no quiero saber nada de ti – dijo Michael – hablaremos otro día para recoger el resto de mis cosas

Diciendo esto salió de la habitación.
Frank se sentó en la cama aun temblando y busco su celular, aun estaba abierto el ultimo correo que le había escrito a Gerard. No pudo evitar llorar.

- Si tan solo estuvieras aquí

En ese momento su celular volvió a repiquetear, esta vez no se trataba de un aviso batería baja. Frank agarró su celular y sintió que el corazón se le iba a salir por la boca. Era el aviso de que había llegado un e-mail, un e-mail de Gerard Way.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Capitulo VII

7







Las hojas de los árboles caían en el césped olvidado de Frank Iero, quien las miraba por la ventana de su habitación. La mala yerba brotaba en las esquinas del jardín y de su vida desde que el encapuchado apareció.
La piscina estaba llena de hojas y gusanos de tierra, los flotadores de sus hijas desinflados y llenos de barro, las sillas de verano se lucían llenas de polvo.
Y Gerard.
Gerard seguía en su mente, Gerard estaba presente.
Su Gerard lo miraba y le pedía ayuda.
Dios mío ¿Donde estas?


- Este hijo de puta no se va a escapar ¿escuchaste Frank? ¡No se va escapar! Por que si lo hace… oh tu la vas a pagar muy caro



Cerró los ojos y lo vio.
Estaba recogiendo las hojas caídas del jardín, mientras Frank de la misma ventana lo observaba como el primer día que se mudo a casa. Una lágrima cayó en su mejilla, mientras una mano que no era suya, pasó por su cabello y lo acomodo detrás de su oreja mutilada, unos labios se posaron en ella y la besaron, bajando por su cuello, sus hombros, su espalda, la parte baja de su espalda. Frank seguía mirando el jardín, seguía mirando a Gerard recoger las hojas caídas.
Gerard, ¿Dónde estas? Repetía en su mente
¿Por qué no me respondes?
La lágrima rodó por su mejilla hasta su mentón. La secó de inmediato, mientras otra se deslizaba por el borde de su ojo.
¿Seguirá vivo? Se preguntó
Frank se estremeció.
Sus ojos aguados pedían brotar mas lagrimas, pero las retuvo.

Los labios volvieron ha subir por su espalda y se quedaron prendados de su cuello.

- Separa un poco las piernas – le dijo al oído

Frank obedeció.
Y lo sintió entrar.
Lo sintió moverse.
Lo escuchó gemir.
Las hojas seguían cayendo, mientras sus dedos se movían en su I Phone que permanecía escondida en su mano.


Para: inspectorlupo@theumbrellaacademy.com
De: diablorojo666@skeletoncrew.com
Asunto: Las hojas del jardín

Caen y tu no estas para recogerlas.
Pero yo te veo aquí, te veo recogiéndolas.
Te extraño demasiado…
F.




- Oh Dios… me encantas

Gerard lo saludaba desde el jardín, sus labios se movían le decían algo, le enviaban un beso, Michael Pedicone seguía cogiendoselo y el solo pensaba en Gerard, su Gerard.
Tengo que hablar con Lindsey, es la única manera, se dijo.
Necesitaba que le muestre el e-mail. Sabía que Denver no lo había enviado como dijo la policía. Había sido el mismo Gerard.
Por un momento también pensó obligar a Mikey Way a rebelarle el paradero de su hermano, pero algo en su cabeza le decía. ¿Y si el no es el encapuchado? Frank pensó que era absurdo, estaba seguro que era el a pesar de que quiso culpar al chico Denver, pero… Si era cierto que Denver era el encapuchado, quizás Gerard… Dios quizás Gerard esta escondido en alguna parte, con frío, hambre, desesperado de no poder salir de ahí. Frank sintió que se iba a desvanecer.

- Ven vamos a la cama

Caminó con Pedicone en sus entrañas y deslizo el teléfono suavemente en el suelo, aprovechando una distracción de su amante. A Michael, no le gustaba que mencione a Gerard. No le haría gracia saber que le escribe correos mientras esta cogiendoselo. Frank cerró los ojos mientras este lo acomodaba en la cama.

- Me vuelves loco – le dijo en la oreja mutilada

Cinco minutos después, Shredicone al fin terminó.
Tres segundos después, Frank fingió haber terminado y comenzó a vestirse.
Tenia que ver ese e-mail.
Rastrearlo.
Necesitaba saber de Gerard.

- ¿A dónde vas?
- A ver a mis hijas… quede en llevarlas de compras
- Bueno… ¿vienes ha cenar?
- No creo… comeré algo con ellas supongo – dijo levantando su I Phone del suelo

Le dio un corto beso en los labios y salió de la habitación. Pedicone lo siguió hasta que Iero subió a la camioneta.

- Llamaré a los chicos para que te acompañen, deben estar en el gimnasio – dijo haciendo referencia a la seguridad de Iero
- OH demonios… estoy apurado, no tardaré
- No dices que no vendrás a cenar
- Necesito ir solo
- ¿No iras por las niñas, verdad? – dijo Pedicone sujetando la puerta de la camioneta
- Michael ¿por que demonios tienes que preguntar tantas cosas?
- Por que se que me estas mintiendo… Frank, te han atacado 4 veces y no quiero que te pase nada malo
- No me pasará nada – dijo sin creérselo – tan solo quiero ir solo
- Yo te acompaño
- No, maldición
- Entonces ve con ellos – dijo mirando al gimnasio de la casa donde estaba su seguridad
- Maldita sea Pedicone no me trates como a un niño

Michael sujeto el rostro de Iero con ambas manos, besó sus labios violentamente. Frank sintió que se los había partido.

- no me juegues sucio, no quiero saber que estas viéndote con alguien más ¿me entiendes? No soy ningún idiota – dijo Shredicone mientras Frank tocaba sus labios, estaban sangrando
- estoy… - toco sus labios – maldición ¿Quieres que te diga a donde voy? – dijo mientras sus ojos se aguaron
- Si, te lo exijo – dijo furioso
- A casa de Lindsay
- ¿Way?
- Quiero ver el e-mail
- Demonios Frank, ¿Es que no lo entiendes? ¡Gerard esta muerto!
- Lo sé, no sé, envío un correo
- Fue el loco de mierda ese del fan, por Dios Frank no seas ingenuo
- ¿Y si de verdad esta secuestrado?
- Frank, yo estuve presente en el entierro de Gerard
- El ataúd estuvo cerrado
- ¡Por que su cuerpo estaba echo pedazos!... entiéndelo
- Necesito… - Frank comenzó a llorar – tengo que comprobarlo, solo quiero que me lo enseñe
- ¿Piensas que de verdad lo haría? Lindsay te odia
- No me odia, ella solo…
- Te tirabas a su marido, que piensas ¿Qué te recibirá con los brazos abiertos y una caja de galletas suizas?
- No, pero… llevaré a las niñas para que jueguen con Bandit
- ¿Aun lo amas, no es cierto?
- Michael, por favor…
- Haz lo que quieras Frank – dijo mirándolo, los ojos de Pedicone brillaban por las lagrimas que se asomaban – después no vengas mutilado a mi cama otra vez – dijo caminando hacia la casa


Frank cerró la puerta de la camioneta y salió en dirección a casa de su ex esposa. Se sentía mal por haber tratado así a Shredicone, pero eso tenia que hacerlo solo. La seguridad siempre estaba contándole todo a el y no quería eso… Además, confiaba con que Mikey no este ahí rodando la casa de su sobrina, oh maldición es su sobrina, no, no Mike no irá, me dijo que el encapuchado había muerto, quizás por que… por que le doy pena o por que ya no va hacerme mas daño, aunque no lo creía. Por un momento se arrepintió de haber ido solo, pero la necesidad de ver el correo de Gerard fue más fuerte y aceleró. Iero sabia que Lindsay jamás le negaría le entrada a Lily y Cherry, además iban a ver a Bandit, sabia que la niña estaba en casa, lo sabia. Bandit no salía nunca.

- ¿A dónde iremos primero? – preguntó Cherry
- Yo muero de hambre, ¿podemos ir por una pizza papá? – dijo Lily
- Todo el día piensas en comer gorda, primer vamos a ir a comprar vestidos
- No soy gorda, papa dile que no soy gorda
- Si eres gorda, eres una pelota
- ¡Basta las dos! Iremos a casa de Bandit Lee
- ¡Que! – dijeron amabas
- Lo que escucharon, hace tiempo no la visitan y necesita de ustedes sus amigas
- Esa no es amiga mía, ni de la pelota de mi hermana – dijo Cherry riéndose
- Papa mírala – acuso Lily a su hermana
- De acuerdo si es mi amiga, pero Lily si es una pelota
- Cherry basta, iremos y se portaran bien
- Papi, Bandit esta loca – dijo Lily
- Lily por Dios…
- La pelota tiene razón, Bandit esta loca papá, no habla nunca y siempre esta dibujando porquerías
- Si papi, dibuja cosas feas, con sangre, muerte
- Además mamá no quiere que la veamos desde ese día que tuviste el accidente y Bandit estaba en el closet
- Jajaja suena gay – dijo Lily
- Cállate pelota, Bandit no dio ninguna explicación de que hacia ahí y le dijo a mi mama que no le cuente a la suya que ahí la encontramos, prácticamente la obligo
- Si papi, esta loca y es malcriada
- Chicas, necesito hablar con Lindsay y sin ustedes no me dejara entrar ¿entienden?
- Genial, somos carnada – dijo Cherry
- Algo así… lo siento nenas, Cherry prometo comprarte un vestido precioso y a ti mi amor tu pizza
- Yo acepto, pero no demores papito por que tengo mucha hambre
- Pelota – dijo Cherry cruzando los brazos.

Cuando llegaron a casa de Lindsay, Frank pensó que se había equivocado de camino. Tal como su propia casa, la casa de Lindsay estaba desmejorada, con el jardín abandonado lleno de mala yerba, hojas caídas por todas partes, flores marchitas y restos de pintura en el camino de entrada.

- Hola soy Cherry, vengo a ver a Bandit – dijo por el intercomunicador
- Cherry Boom, pasa – contesto Lindsay

Frank entro con el auto y lo estaciono, adentro las cosas estaban peor. Había pinturas y lienzos rotos en toda la cochera.

- Esta familia no sabe que es limpieza – dijo Cherry
- Papito ¿no tardas, verdad? – insistió Lily
- No mi amor, diviértanse con Bandit
- Si claro, quizás si asesinamos a alguien podamos divertirla – dijo riéndose Cherry
- Cherry compórtate por favor – dijo Frank

Entraron a la sala y un montón de ropa sucia amontonada en el suelo los recibió. En el sofá estaba sentada Bandit Lee Way dibujando con crayolas de colores sobre hojas Bond. Tenía el cabello encima de la cara. Lily se asustó y presiono la mano de su padre.

- Papi te dije que estaba loca – dijo Lily
- Bandit… ¿podrías llamar a tu mamá? – pregunto Frank

Bandit levanto el rostro y poso sus ojos en Frank, luego en Lily y finalmente en Cherry a quien le sonrió.

- Le dije a Frank que si quería divertirte, debíamos asesinar ha alguien – dijo Cherry acercándose a ella.

Bandit no se movió pero la siguió con la mirada. Cherry acercó sus manos y le quito el cabello de encima del rostro y le acarició la mejilla. Frank no sabía que demonios estaba pasando. ¿Por qué su niñita veía así a la hija de Gerard? Frank tuvo un dejavu y se vio quitándole el cabello del rostro de Gerard. Dios no puede ser.
Frank dio un paso y volvió a hablar.

- Bandit, ¿podrías llamar ha Lindsay?

Bandit levanto el brazo y señaló las escaleras sin quitarle la mirada a Cherry.

- ¿Qué dibujas? – le preguntó Cherry y Bandit le acercó una hoja bond – valla si que le dieron duro a este tío – dijo riéndose
- ¿Qué es Cherry?

Lily se acerco a su hermana y vio el dibujo. Era un hombre lleno de golpes sobre un charco de sangre. Emitió un grito y corrió tras su papá, quien estaba yendo a las escaleras en busca de Lindsay.

- Papi no quiero quedarme con ella
- Pelota miedosa – dijo Cherry y comenzó a reír con Bandit
- ¿Frank?

Lindsay Way bajaba por las escaleras con una taza de café en la mano y en la otra su celular.

- ¿Qué demonios haces aquí? – le preguntó Lindsay a Frank
- Vino a traer a mis amigas – dijo Bandit hablando por primera vez
- Hola ¿Cómo estas? – preguntó Frank mirando su abultado vientre
- Estoy embarazada y viuda ¿y tu?
- Estoy sin la mitad de una oreja, tengo el estomago cortado, golpes, cicatrices en todo el cuerpo y – se acercó a su oído – me violaron dos veces
- Si que estamos de suerte

Bandit levanto las hojas del sofá para que su madre se siente. Cherry la miró y Bandit sonrió con ella.

- Vamos a tu cuarto – preguntó Cherry y Frank sintió que había vivido la escena de su hija con Bandit antes, pero era de Gerard con el
- Vamos – dijo Bandit

Lily se quedo estática mirando a su hermana irse de la mano con Bandit y a la vez a su padre nervioso con Lindsay. ¿Dónde me meto? Pensó.

- ¿No iras con ellas? – preguntó Lindsay como botándola
- Si… pero papito no vas a demorar ¿verdad?
- No mi amor
- Cualquier cosa gritas – dijo Lindsay mientras Lily caminaba subía las escaleras detrás de su hermana – tu hija esta muy gorda

Frank tuvo ganas de pelear con Lindsay pero se aguantó, primero leía el correo de Gerard, luego la mandaba a la mierda. Lily no tenia la culpa de tener su misma enfermedad. Las enzimas la hacían engordar.

- Lindsay quisiera saber si me podrías mostrar el e-mail de Gerard
- ¿Cómo?
- El e-mail de Gerard, ese que te envío
- No fue Gerard, fue el mismo loco que casi te mata, el fanático ese
- Eso dicen pero… no lo creo
- Yo tampoco quise creerlo pero la policía me hizo recordar que reconocí el cuerpo de Gerard
- ¿De verdad era él?
- Llevaba su ropa, era su camioneta, encontraron el anillo de matrimonio – dijo mirando el suyo – además su sangre estaba regada por todas partes y había un mechón de su cabello atrapado en el auto

Frank se echó a llorar. Dios mío no podía ser cierto. Gerard estaba vivo, algo dentro de él se lo decía.

- Lynz… por favor, solo quiero verlo - suplicó
- No sacas nada con eso
- Lo sé, pero quiero… necesito leerlo, la eh pasado muy mal ¿sabes?
- Acabas de decirme que te violaron, asumí que eso te gusto
- No te hagas la graciosa – dijo secando sus lagrimas
- En fin – dijo jugando con su celular
- ¿vas a mostrármelo?
- No quiero ver a tus hijas aquí
- ¿Qué?
- Cherry y Bandit, no sé, me da cosa como se miran
- Son niñas, mi hija tiene 11 años
- Lo se, a esa edad yo deje de ser virgen
- Cherry es una bebe
- Como sea, no la quiero cerca de mi hija, ni a ella ni a la gordita de Lily
- No seas injusta con las niñas, son amigas, no tienen nada que ver con los problemas que tu y yo hallamos tenido
- Tu para mi no eres un problema – dijo a la defensiva
- Me alegra, entonces ¿me lo muestras? – Lindsay acercó su celular a Frank
- Todo tuyo


Para: whiteviolin@gmail.com
De: partypoison@gmail.com
Asunto: Z por favor ábrelo

Z,

Cielo se que esto es muy difícil de creer, pero debes hacerlo, estoy vivo Lindsay, me tienen secuestrado. Ahora te escribo en la netbook del vigilante, ha salido y olvido esposarme, no soporto estar encerrado, ayúdame Z, llama a la policía, estoy en un sótano pero no sé donde, tengo mucho dolor me han masacrado.
Cuida a Lady B y al bebé
Las amo
G.



- El hijo de puta de Denver me hizo llorar con ese correo, felizmente esta bien muerto
- Pero Lindsay ese no es el correo de Gerard
- Claro que lo es enano, es el correo privado que solo nosotros y Bandit conocíamos
- ¿es en serio?
- Lo es, aun no se como ese miserable lo obtuvo.

Frank leyó el correo una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Su corazón comenzó a latir con fuerza.
Era Gerard, lo sabia.
Era él.

- ¿Le respondiste?
- ¿para que? Ya te dije que era ese infeliz
- ¿puedes reenviármelo?
- ¿a que quieres llegar?
- Lindsay, Gerard esta vivo, lo sé
- Estas loco
- El que me ataco, el encapuchado, me dijo que Gerard estaba vivo
- ¿Qué? – dijo abriendo los ojos- ¿se lo dijiste a la policía?
- Si, pero no me hicieron caso, creen que estoy loco
- Dios mío… pero… mi Gerard…
- Si el encapuchado era Denver, Gerard… Dios sabe que es de Gerard, tenemos que encontrarlo
- Pero…
- Mikey… el, no sé, es tan… Dios es un sádico, no quiero entrar en detalles pero pienso que el puede ser el encapuchado
- Estas chiflado, ¿piensas que su hermano planeo secuestrar a Gerard?
- No lo sé, dijo que estaba enamorado de mí y…
- Mikey es un loco, pero es un loco sano, el jamás te haría eso aunque lo merezcas
- Maldición Lindsay entonces…
- Entonces, si la policía no quiere ayudar, tenemos que… Dios suena chiflado pero… tenemos que buscar a Gerard – dijo tocando su vientre

Un gritó vino de las escaleras, Lily Iero rodó por ellas y cayó en la sala manchada de su propia sangre. Bandit Lee Way y Cherry Iero observaban la escena de pie en la segunda planta, Cherry estaba horrorizada. Bandit sonreía, sonría al ver la desesperación de Frank Iero quien estaba sobre su hija intentando hacerla reaccionar.