domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo XI

11




Volver a New Jersey era una decisión difícil, pero no imposible. Saco la mochila negra que lo acompañaba desde las giras de Revenge y empezó a echar el bulto de ropa limpia que aun quedaba en su closet. Imprimió el e-mail, y lo guardo en el bolsillo de su pantalón. Si Gerard estaba vivo, el lo iba a encontrar. Y si era una maldita broma de ese loco, también lo iba a encontrar y lo iba a matar. Ya no tenía miedo. Verse encerrado tantos meses sumido en esa vida lastimera lo había echo recapacitar. No quería seguir meándose en los pantalones, dormir tarde por el miedo de que el maldito ese entre a la habitación, ver a sus hijas una vez al mes por que no quería que lo vieran en ese estado lamentable. No, no, ese no era él. Y ya estaba harto. - Prepara el carro, salimos a New Jersey Su personal de seguridad no podría creer que Frank este ahí, vestido con una mochila al hombro dándole ordenes, cuando nunca lo había echo, es mas era la primera vez que les dirigía la palabra. La enfermera se acercó a Frank, con Pedicone en su silla de ruedas y le dio un frasco con pastillas. - Es por si no puedes dormir – le dijo


Frank guardo el frasco de pastillas, se acercó a Pedicone y besos sus labios.


- Lamento dejarte solo pero… debo encontrar a Gerard.


El único ojo de Pedicone se quedo mirándolo fijamente, como si lo entendiera. Frank se acercó y lo besó.


- Te quiero Michael


Camino hacia la camioneta, Pedicone no le quitaba el único ojo que tenia de encima, como si quisiera decirle algo, ¿advertirle quizás? Frank no se dio cuenta de ello y partió hacia New Jersey junto a 4 miembros de su seguridad personal. En el camino re leyó nuevamente el correo de Gerard desde su celular y empezó a divagar en que podía responderle. Las manos le temblaban, comenzaba a teclear lentamente, luego aceleraba, lo leía y lo borraba. Temía meter la pata, volver ha enviar un correo desesperado como la primera vez, necesitaba escribirle algo preciso, algo que Gerard pueda responder, que le diga que estaba vivo, que iba ha ir en su búsqueda. Luego escribir y re escribir el correo, se le vino a la mente la pregunta que debió hacerle cuando recibió el primer correo.



Para: partypoison@gmail.com


De: diablorojo666@skeletoncrew.com


Asunto: RE: te amare siempre



Estoy vivo. ¿Pero tú? ¿Cómo se si realmente eres tú y no una maldita broma?



Apretó enviar y se arrepintió de inmediato. ¿Por qué demonios había sido tan frio? Luego recapacito ¿Y si era el encapuchado? Se estremeció y miro a su alrededor, su seguridad noto que estaba inquieto y le pregunto si se sentía bien, Frank solo asintió y pidió que continúen el recorrido. Aferró el celular a su pecho que se estaba cerrando. ¿Le iba a contestar? ¿Cuándo? La ultima vez que le respondió apareció el encapuchado ¿volvería ha aparecer? Miro a su seguridad, 4 hombres grandes el mas pequeño media 1.85cm, eran anchos y fuertes y los 4 estaban ahí para cuidarlo, no iba a pasar nada, debía tranquilizarse, además no tenia intenciones de volver a la cama, a mearse encima a tenerle miedo. Intento relajarse y sintió que le daba sueño. Se recostó en el hombro de uno de los hombres y comenzó a echar una cabecita. La decisión había sido muy rápida, el salía de uno días terribles, no dormía bien, Gerard le había escrito, Frank le había respondido, Pedicone se había quedado en la casa solo con la enfermera y un hombre vigilándolos. Luego del primer ataque del encapuchado, Frank tenía pesadillas constantes o lagunas, visiones, recuerdos de Gerard, que lo perseguían y dejaban en un trance permanente. Todos estos recuerdos tenían que ver con Gerard, todo siempre era Gerard. No cerró los ojos, no lo necesitaba, permaneció recostado en el hombro del sujeto grande y fuerte mientras las imágenes pasaban por su mente. A veces no sabía si se trataba de un sueño, un recuerdo, o del recuerdo de un recuerdo. Pero ahí estaba una vez más, llevándolo ha su casa de New Jersey mientras el aun entraba en la carretera. La escena de un amanecer en la cama, era la misma de siempre. Ambos desnudos, enlazados, el olor a sexo flotaba en al ambiente, el amor estaba impregnado en las paredes. Gerard escondía su nariz entre los cabellos de Frank, dando pequeños soplidos a su nuca, una pierna cubría el cuerpo de Frank que se acurrucaba a su lado. Sentían que podían estar así toda la vida, en silencio, solo con el sonido de sus corazones acelerados por el contacto del otro. Frank Y Gerard eran el uno para el otro. Somos el uno para el otro, yo sin ti Gerard no vivo, no vivo más.


- ¿Quieres el desayuno en la cama? – le susurró Gerard luego de un soplido


- Si, gracias – contesto Frank sosteniendo la mano de Gerard que estaba aferrada a su cintura – pero esperemos un ratito más me encantar estar así contigo Gerard sonrió y escondió más su nariz entre los cabellos de Frank y comenzó ha aspirar el aroma que emitían.


Me encanta cuando hace eso, cuando se queda con mi olor, lo atrapa entre sus ropas, entra en su cuerpo, lo mantiene dentro suyo, lo mantiene para el, me tiene para el, yo soy enteramente de él.


- Hueles riquísimo – dijo moviendo sus dedos sobre el abdomen desnudo de Iero


- Me haces cosquillas


- Te hace cosquillas tenerte así pegadito – dijo moviendo su cuerpo enlazado al de Frank - o es esto – Gerard comenzó a mover sus dedos sobre el abdomen de Frank


- ¡Tus dedos me hacen cosquillas! – dijo retorciéndose de risa en la cama Frank intentó zafarse de los dedos de Gerard moviéndose por toda la cama, pero este se subió encima de él, y se sentó en su vientre.


Podría estar toda mi vida así contigo, Gerard, mi Gerard, mi vida, mi amor, mi todo.


- Así que te quieres escapar


- No Gee, me muero de risa Gerard sonrió e inclino su cabeza sobre la de Frank para besarlo.


Frankie recibía su beso con los labios aun sonriendo, Gerard al darse cuenta de eso retomo las cosquillas por el pecho y axilas de Frank quien se retorcía en la cama de risa.


- Basta por favor… me va ha dar un ataque


- Entonces dame un beso sin reírte


- No puedo, tus dedos…


- ¿Qué pasa con mis dedos? – dijo levantando ambas manos mirándoselas, moviendo los dedos y sonriéndole


- Me hacen reír con tan solo verlos, por favor ya no


Volvió a besarlo, pero esta vez puso sus manos sobre las de Frank para colocarlas en la cabecera de la espalda. Poco a poco el beso comenzó a ponerse mas intenso, el cuerpo de Frank comenzó a moverse despacito debajo de Gerard quien le mordió el labio e hizo que Frank volviera a reírse.


- ¿Ya te eh dicho que eres el chico más lindo de todo el mundo? – preguntó Gerard soltándole las manos, acariciándole el cabello


- Ya no estoy tan chico – dijo Frank


- Es cierto, eres un viejo de 40


- Calla - Aun eres mi niño, aun tienes esa cara de ángel, esos ojos que me vuelven loco


- ¿Aun te vuelvo loco?


- ¿No haz sentido como me dejaste después de ese beso? – dijo Gerard mirando su entrepierna, mientras Frank se sonrojaba


- Haz dicho que soy tu niño, los niños no miran eso – dijo sonriendo


- ¿ah no?


- No – dijo Frank soltando otra risita


- ¡Entonces no mires! Pero… podrías tocar un poquito si deseas Frank abrió los ojos y se tapo la boca, haciendo un puchero.


- ¡Eres un mañoso! – le grito a Gerard cruzando sus brazos Frank emitió otra risita y se hecho de costado con el rostro sonrojado y el ceño fingiendo estar enojado, mientras Gerard se recostaba a su lado, abrazándolo de espaldas.


Gerard mi Gerard, aun sigues en mí.


- ¿Así que soy un mañoso, no? - Si… un señor mañoso - Miré usted, disculpe señorito – Frank volvió a reír


- Esta disculpado – dijo mirándolo y dándole un corto beso mojado en los labios


- No tienes idea de cuanto extrañaba esto – Frank volteo echándose frente a Gerard quien aun lo sostenía de la cintura – amanecer contigo…


- Yo también te extrañe mucho – dijo Frank – no te imaginas cuanto


- Han pasado tantos años… no quiero volver a perderte


- Yo tampoco, no quiero que nos volvamos a separar


- Estaremos siempre juntos


- ¿lo prometes?


- Lo prometo – prometió Gerard sellándolo con un beso



El auto freno y lo volvió a la realidad.


- Oh demonios – dijo el seguridad que conducía la camioneta


- ¿Qué paso? – pregunto Frank


- Creo que le di a un perro


- ¿Cómo? ¡Eres una bestia! – gritó empujando al seguridad al que había usado de almohada para bajar de la camioneta.


Bajo seguido de su seguridad y encontró a un perro mediano chusco sangrando de la patita izquierda, estaba tendido en la pista con el rostro sufriendo de dolor, aullaba bajito como si pidiera que por favor no le hicieran mas daño. Una imagen le vino a la cabeza, sangre, mucha sangre, dolor, suplicas. Frank se toco el pecho. Gerard tengo que encontrarte, se dijo.


- ¡Eres un imbécil! ¡Un maldito infeliz! – le grito Frank al conductor como si este fuera el encapuchado, como si el perro atropellado fuera Gerard


- Señor lo siento, no me di cuenta, se cruzo y


- Y nada imbécil, anda ayúdame a levantarlo vamos a llevarlo al veterinario


- Pero señor estamos lejos de la ciudad


- ¡Eh dicho!


El conductor levanto al perro quien sin fuerzas ya no se movía, solo emitía aullidos ahogados. Frank le ordeno que se quitara la casaca para poner al perro encima, el sujeto obedeció sin decir una palabra y Frank se sentó en la parte trasera en medio de sus dos seguridades cuidando al perro. - Estarás bien mi amor, estarás bien Su personal de seguridad lo miraba hablarle con tanto amor al pobre perro atropellado, nadie dijo una palabra y continuaron el camino más deprisa. Frank abrazaba al perro y lo acariciaba como si eso hiciera apaciguar el dolor, las imágenes en su cabeza aparecían mas seguido. El sujeto con la capucha en la cabeza sonreír, los dientes podridos, los ojos dilatados YO TE LO HAGO MEJOR.


A penas llegaron salieron de la carretera, llevaron al perro a la primera veterinaria que encontraron. Le tomaron placas al perro y el medico le dijo que había tenido una fractura interna, que debía operar, que quizás el perro no iba a volver ha caminar mas, pero al menos salvaría su vida. Frank pago todo y espero hasta que terminaron de operarlo, el perro aun seguía con la anestesia cuando salieron de ahí.


- ¿A dónde vamos señor?


- A la comisaria de New Jersey – dijo abrazando al perro, sacando el e-mail impreso que tenia en el pantalón – ya te lo había dicho saliendo imbécil


El conductor nuevamente cayó y lo miro de soslayo. Necesitaba el trabajo, si no, ya lo hubiera mandado a la mierda al maldito enano que lo estaba insultando desde que atropello al perro pulgoso y desnutrido ese. Cuando llegaron ya estaba por oscurecer, Frank bajo de la camioneta seguido de dos de su seguridad, este aun llevaba al perro anestesiado en brazos. Se acercó al primer policía que vio y pidió ver al Oficial López quien había estado a cargo de su caso y el de Gerard desde el primer ataque, este lo dirigió hacia su oficina que estaba cerrada, y resguardada por otro oficial.


- Vaya veo que López hoy esta solicitado, ahora esta atendiendo a unas personas… dígame ¿usted no es…? – preguntó el oficial a fueras de la oficina de López


- Frank Iero – dijo dándole una mano, mientras la otra aun sostenía el perro


- Claro el de la banda emo ¿Qué le paso? ¿violaron a su perro? – pregunto burlón haciendo enfurecer a Frank


- No y vaya a llamar a López antes de que pierda la paciencia


- Vamos no se enoje, ya le dije que López esta ocupado, lo digo como su perro tiene un pañal


- La bestia de mi chofer lo atropello en la carretera y lo acaban de operar… oiga no tengo que darle explicaciones necesito ver a López, es urgente


- Si, pero ya le dije que…


En eso la puerta de la oficina del agente López se abrió y ha Frank le dieron ganas de salir corriendo de ahí.


- Frankie… pensé que habías muerto



Fue lo primero que le dijo y eso basto para hacerlo mear encima a pesar de que había jurado no hacerlo más.