lunes, 31 de octubre de 2011

Capitulo XIX

19




Iba a violarlo, si él se oponía, iba a violarlo.
El pequeño cuerpo de Frank temblaban entre sus brazos, su respiración agitada, sus latidos alterados, su piel blanca y suave, sus ojos llorosos, su cuerpo frágil se desvanecía, no sabía si era por el vino o por que indirectamente lo quería a él.
¿Adentro? ¿Me quieres Frank? ¿Me quieres dentro de ti? ¿Quieres que te toque? ¿Qué te bese? ¿Quieres que te haga el amor?
Echo el cuerpo adormecido de Frank sobre el mueble y se subió sobre este, Frank sollozaba, se tocaba la cabeza. ¿Te duele mi amor?
Tengo que desvestirlo, es ahora o nunca.
Comenzó con los zapatos, tenía unos crocs viejos y sucios puestos, se los quito y luego le arranco las medias de dibujitos. Frank no se oponía, es más, parecía no darse cuenta de que lo estaban desvistiendo, seguía tirado en el mueble mirando el techo con el corazón latiéndole a mil por hora, como si fuera a darle un ataque cardiaco. Mikey no lo sabía, pero Frank tomaba un coctel diario de ansiolíticos y antidepresivos todos los días, a veces los veía en su cajón en su cajita lleno de colores divertidos y los mordía poco a poco como si fueran caramelos, algo así paso en la mañana, no se percataba de lo que hacía, mordió muchos como caramelitos y ahora había tomado mucho vino.
Una mala combinación.
Sus pastillas combinadas con el alcohol producían un efecto sedante inmediato y eso era lo que le estaba pasando, si hubiera tomado un poco más de alcohol quizás el sueño hubiera venido acompañado con un paro respiratorio.
Las manos de Mikey subieron desde los pies desnudos de Iero hasta la cintura de este, acariciando sus piernas, sus muslos, y ahora su estómago. Miró su ombligo, lo acarició, metió un dedo dentro, el interior estaba pegajoso, lo sacó, lo olió, volvió a meterlo esta vez más profundo hasta tocar la piel del final, le dio vueltas, Frank se movió, a Mikey no le importó, saco el dedo y se lo lamió. Delineo con sus dedos la pretina del pantalón, poco a poco comenzó a bajarlo, acariciando con sus dedos cada zona que se desnudaba. Sus piernas blancas quedaron expuestas, sus vellos se erizaron, las yemas de los dedos de Mikey los tocaron desde las puntas para que intentaran calmarse, le quito el pantalón con cuidado, pensando que quizás debió quitarle el calzoncillo a la vez. Era blanco y estaba ligeramente manchado de amarillo, acercó su nariz a este y sintió el olor a orines. Sonrió y cuando estuvo a punto de quitárselo, su celular comenzó a sonar.

- ¡Diablos!

Miró la pantalla y latía el rostro de su esposa, si no contestaba iba a llamar hasta que el se harte y apague el teléfono y cuando pase eso, ella iba a denunciar su secuestro.

- ¿Bebé?
- ¿Qué rayos quieres Alicia?
- Debí imaginar que esto pasaría
Mikey se quedó mudo. ¿Qué esto pasaría? ¿Acaso Alicia sabe que el estaba en casa de Frank a punto de violarlo?

- ¿de qué carajo hablas?
- Tu humor, cariño no tomaste el medicamento antes de salir, se quedó sobre la mesa
- ¿Y? ¡Mándalo junto a un e-mail!
- Tienes que tomarlo cielo, no quiero que estés mal
- ¡no estoy mal! ¡estoy mejor que nunca!

Desnudando y a punto de violar a Frank se dijo y en eso pensó un poquito en ello. ¿Violar a Frank? ¿Realmente iba a violarlo?

- Mikey, dime donde estas, mandare a los chicos para que te recojan de donde estés y te traigan a casa, me preocupas

Miro a Frank casi desnudo sobre el sofá, tenía pequeños temblorcillos en el cuerpo que lo hacían brincar y su respiración no era la mejor. Entonces se asustó. ¿Qué carajo estaba haciendo? ¿Por qué estaba haciendo esto? Él amaba a Frank ¡Porqué estaba actuando como Gerard! Se asqueo de él mismo, se horrorizo al recordar sus pensamientos, violarlo, si se resiste lo iba a violar. Lo imagino pidiéndole que no lo haga, forcejeando con él, sangrando en las entre piernas, llorando, gritando que lo ayuden. No podía hacerle eso. ¡Él no era Gerard! ¡No señor! ¡MIKEY NO ERA COMO EL MALDITO GERARD!

- ¿Mikey estás ahí?
- Si
- ¿Dónde estas cariño?
- En casa de Frank
- ¿Frank?
- Frank Iero
- ¿Qué haces ahí?
- Estoy a punto de hacer algo malo
- No, Mikey por favor, no hagas nada de lo que después te puedas arrepentir o… no recordar
- ¡Sabes que al final termino recordándolo todo! ¡todo!
- Por favor mi amor, no pienses en eso, todo saldrá bien
- No quiero hacerle nada malo Alicia, lo juro
- Lo se bebé, ¿hay alguien ahí contigo?
- Solo Frank
- Pásame el teléfono
- Esta inconsciente
- ¿Qué? ¿Qué le hiciste... que le paso?
- Tengo que ocuparme de esto
- ¡Mikey que paso!
- Iré a casa a penas termine
- ¿estarás bien?
- No, pero al menos el si

Tenia que ocuparse de esto. Pero ¿Cómo? Vio su piel desnuda frente a él, si tan solo… toco su piel y sintió como se erizo al contacto de sus dedos…
Si tan solo el despertara… no seria una violación.
Acercó sus labios a los de Frank y este comenzó a toser sin abrir los ojos, su pecho parecía al borde del colapso, entonces se alejó de él y levantó la ropa de Frank que estaba regada por toda la sala. Sus manos comenzaron a temblar de tan solo tocar la piel de Iero, le puso la ropa como pudo y llamo a la seguridad de Frank. De inmediato aparecieron dos hombres a su lado, se percató que estos habían estado mirando casi todo, se preguntó porque no habían hecho ni dicho nada, pero prefirió no preguntar y pidió que lo ayuden a llevarlo a su habitación. Apenas lo dejo en su cama, salió corriendo de la casa repitiendo: No lo violé, esta vez, no le hice nada malo.

Frank despertó cuando el sol se ocultó, había tenido un pequeño sueño sobre su cumpleaños. ¿Cuándo había sido su cumpleaños? ¿Cuándo fue la última vez que lo celebro? ¿Qué día era hoy? Cerró los ojos e intentó recordar lo soñado y creyó que más que un sueño, era un recuerdo. El recuerdo de sus 30 años.


- ¡Feliz cumpleaños mi amor! – le dijo Gerard con un pequeño pastel en las manos y un gorrito de fiesta en la cabeza

Estuvieron planeando todo el mes en encontrarse en el mismo hotelito de carretera de siempre, el día había sido eterno para ambos. Gerard estuvo con Lindsey comprando vestuario para la gira que empezaba su banda el siguiente año y Frank si bien estuvo con sus hijas, quería zafarse del regalo nocturno de su esposa, no le provoca hacerle el amor, sentía que si era su día el podía escoger con quien hacer el amor esa noche y ya había elegido, había elegido a Gerard quien le sonreía dentro de esa habitación en una fiesta privada improvisada, llena de confeti y cositas de fiesta. Se acercó a él y beso sus suaves labios.

- Yo mismo hice el pastel, salio un poco raro pero…
- Es perfecto, gracias

Soplo las velas del pequeño pastel de chantilly que traía 30 velitas de color negro y naranja, deseando lo mismo que todos los años, estar con Gerard por siempre.

- ¿Qué se siente tener 30? – preguntó Gerard dejando el pastel sobre la cama
- Muy bien, creo que are locuras y me teñiré el cabello de rojo como tú
- Ya no esta mas rojo – le dijo colgándose de su cuello – lo teñí de negro por ti, para volver a las épocas Revenge como tu dices
- Te amo Gerard
- Y yo a ti mi niño bello, ¿ves que hago todo lo que me pides?
- Mmm…
- Todo, así que tus deseos son ordenes – dijo besándole el cuello mientras sus dedos índice delineaban el cuerpo de Frank- ¿Qué le provoca a mi niño? – le susurró en el oído
- Mmm…
- ¿mmm? – preguntó haciéndole cosquillas
- Basta Gee, me muero de risa
- Y yo de amor con tu risa – dijo besándolo

Ambos se sonrieron y se enlazaron en un beso eterno que los tumbo en la cama, los hizo rodar y llenarse de pastel, mas risas, amor en el ambiente. Hicieron el amor hasta que quedaron exhaustos. Frank apretaba el cuerpo de Gerard al suyo, sabía que ambos debían volver a su casa, a reportarse con sus esposas, a quedarse con su familia, debían seguir con sus perfectas vidas de casados hasta… no sabia la respuesta, solo sabia que no podía estar sin él.

- ¿Nos quedamos un ratito más?
- Por mi lo haría toda la vida, pero sabes que no podemos
- Ya quiero que sea el 2012
- Yo también, Lindsey al fin se larga de gira y tu y yo estaremos juntitos todo el día
- No puedo esperar Gee
- Yo tampoco
- ¿me das otro beso?
- Te doy todo lo que tu quieras

Se besaron un buen rato y luego comenzaron a vestirse. Cuando Frank entró al baño, escucho el sonido del teléfono de Gerard. Cuando salió vio que algo había cambiado en él. Su rostro lucia preocupado, nervioso, inquieto. Frank lo abrazó y Gerard oculto su teléfono. ¿Qué le pasaba?

- ¿Te encuentras bien?
- Si
- ¿seguro?
- No quiero preocuparte
- ¿de que hablas?
- Nada, olvídalo
- Gerard ¿Qué sucede?
- No lo sé Frank, la verdad es que no lo sé
- Explícate
- Alguien quiere asustarme, eso es todo
- ¿alguien?
- Ya eh bloqueado las llamadas de su numero, cambie el mio mas de una vez te consta, pero… sigue insistiendo
- ¿de que hablas?
- Dice que sabe lo que hice, y que no descansara hasta destruirme
- ¿Qué? ¿haz hablado con la policia?
- Quizás es un fan loco, no le hagas caso
- Gerard como no te voy a hacer caso
- Es mejor olvidarlo, el idiota me envía fotos suyas ¿puedes creerlo?
- ¿fotos?
- Usa una capucha negra, se toma fotos con ella
- ¿capucha negra?
- Como esas que usamos en ese concierto… las mascaras negras, que son como gorros
- Me estas asustando
- ¿ves? Por eso no quería decirte nada, olvídalo ¿si?
- Pero…
- Solo olvídalo Frank, ya se cansará en algún momento
- De acuerdo

Y lo olvidó, y nunca mas hablaron de eso, al igual que Gerard no dejo de recibir esas amenazas hasta ese día que encontraron su camioneta echa trizas en un acantilado.


El recuerdo de Frank llegó por partes en su cabeza, las amenazas que recibía Gerard no fue algo que recordó, lo había olvidado. El solo recordaba el olor de su cuerpo sobre el, el pastel que le preparo, los besos que se dieron y todo lo que paso en el 2012. Acarició su almohada pensando que era él mientras intentaba no pensar en que tenía una pequeña resaca que le hacía dar vueltas la cabeza. Pidió algo para el dolor de cabeza, pero la enfermera le dijo que lo único que necesitaba era una bebida caliente y dormir. El vino con las pastillas lo habían hecho dormir en la tarde, y había tenido suerte de que no le haya ido a mayores, si hubiera tomado más posiblemente estarían velándolo a estas horas. Frank no le dijo nada y la mujer se fue. Recordó a Mikey, ¿Qué había sido de él? se supone que estaban conversando mientras tomaban vino, pero desistió de preguntar por él. Realmente le importaba muy poco saber dónde estaba.
Busco su celular y miró si tenia alguna llamada perdida, pero nadie lo había llamado. Entonces reviso sus correos, pensando que sus hijas le habían escrito diciéndole que su madre era una loca del demonio y que lo extrañaban, pero ni Lily ni Cherry le habían escrito y menos Gerard. Abrió su twitter, ahí siempre había alguien que le escribía, sobre todo las fanáticas latinas, gente de países a los que nunca visitaron o solo lo hicieron una vez, pero ni siquiera había un mísero tweet de ellas o de alguien pidiéndole RT por que se había perdido su perro. Entonces se sintió solo, más solo que nunca.
Abrió su Messenger pensando encontrar a alguien, pero los pocos amigos que le quedaban y estaban conectados, tenían el estado ocupado, a excepción de uno.


XØ dice:
*¡Gee!
G dice:
*Hola mi amor ¿Cómo estás?
XØ dice:
*extrañándote, estas conectado como caído del cielo, me sentía tan solo
G dice:
*mi pobre niño
XØ dice:
*Quisiera estar contigo en estos momentos
G dice:
*Y lo estás, nuestros corazones están conectados
XØ dice:
*te amo tanto
G dice:
*y yo a ti, estaba leyendo tu correo
XØ dice:
*Estaba un poco mal cuando lo escribí en la mañana
G dice:
*no te preocupes por ello mi amor, yo tampoco tengo días buenos, excepto en los que se algo de ti
XØ dice:
*Gee… ¿algún día podremos estar juntos?
G dice:
*No lo sé Frank, quizás no en esta vida, pero si en la eternidad
XØ dice:
*No hables así…
G dice:
*Tengo que hacerlo Frankie, quiero ser optimista, pero no quiero romperte el corazón si eso no ocurre
XØ dice:
*Quiero avisarle a la policía, quiero que te busquen, puedes acceder a internet, pueden encontrarte rápido con eso
G dice:
*Lo se, por eso no quiero que llames a la policía
XØ dice:
*¿No quieres que te encuentre?
G dice:
*No es que no quiera que me encuentres, es que… a veces pienso que sé quien me tiene aquí
XØ dice:
*¿Lo sabes? Oh Dios, lo sabes ¿Quién? ¿Dime quien?
G dice:
*No se quien es el tipo de la capucha si es eso a lo que te refieres, parece que solo es un tipo que contrataron para hacer un trabajo
XØ dice:
*¿Trabajo?
G dice:
*Si, esto es un poco más complicado
XØ dice:
*¿A que te refieres?
G dice:
*Yo… hice algo malo, algo muy malo
XØ dice:
*No digas eso Gerard, tu no le harías daño a nadie jamás
G dice:
*Oh Frankie, claro que sí, pero tú me amabas tanto que no te dabas cuenta
XØ dice:
*¿De que? ¡Dímelo!
G dice:
*Ahora no puedo, así no, si salgo de esta te lo diré, aunque posiblemente tu ya lo sepas para ese entonces
XØ dice:
*¿Es una broma? ¡Estamos hablando de tu vida! ¡Ese loco te puede matar en cualquier momento!
G dice:
*Si hubiera querido matarme lo hubiera hecho hace mucho, pero aparte de lo que paso con mis piernas estoy bien
XØ dice:
*¿Esta bien que te halla partido las piernas?
G dice:
*Quise escapar, se enojo, solo me golpeo, ya las tenia mal, joder mi camioneta de fue al vacío, se hizo mierda y yo dentro con ella
XØ dice:
*Lo siento tanto
G dice:
* Estoy vivo Frank, alguien me mantiene vivo, no se por qué, pero lo hace. Al comienzo estaba sedado todo el tiempo, hasta ahora lo hacen pero con menos dosis, cuando despierto siempre encuentro comida caliente a mi lado, tengo abrigo, tengo todo, claro menos a ti ni a mis hijos

Frank tocó su pecho y sus ojos se aguaron tontamente de una alegría sin pies ni cabeza. Dijo mis hijos, no mi familia. No menciono a Lindsey. Luego se dio cuenta que no tenia sentido que se alegre por ese detalle efímero, que no mencione a Lindsey no quiere decir que en un futuro cercano pueda besarlo otra vez.

XØ dice:
*¿Entonces, tengo que conformarme con chatear contigo? ¿Hasta cuando?
G dice:
*No lo sé Frank, sólo quiero que aprovechemos este momento que tenemos juntos, no se hasta cuando durara
XØ dice:
*No quiero perderte Gerard
G dice:
*Yo tampoco, te amo Frankie
XØ dice:
*y yo a ti
*Oh Dios, estoy llorando
G dice:
*No mi amor, no llores
XØ dice:
*Te necesito tanto, hoy… se me vino a la mente el día de mi cumpleaños, cuando cumplí 30 y me preparaste ese pastel
G dice:
*¿Qué día es hoy?
XØ dice:
*No lo sé, no se ni en que año estamos
G dice:
*Frank, es 31 de octubre
XØ dice:
*¿Qué?
G dice:
*Son las 12 de la noche del 31 de octubre ¡Es tu cumpleaños!

Frank miró el reloj ¿no se acercaba la navidad? ¿Realmente era su cumpleaños?

G dice:
*¡Es tu maldito cumpleaños! Joder como quisiera estar a tu lado en estos momentos

Las lagrimas comenzaron a caer sobre el teclado de la portátil de Frank que estaba enchufada a la pared, no le importo si se electrocutaba. Lloró como una magdalena mientras Gerard seguía escribiendo.

G dice:
*¡Cumpleaños a ti, que los cumplas feliz, cumpleaños mi niño, que los cumplas feliz! Vamos mi amor anímate
XØ dice:
*No puedo…
G dice:
*Es Ieroween Frankie, es tu día ¿y sabes que es lo mejor de todo? Que a pesar de la distancia lo estoy pasando contigo
XØ dice:
*No como quisiera
G dice:
*Hagamos algo ¿Quieres que te cante algo?
XØ dice:
*De que sirve si no puedo oírte
G dice:
*Podemos intentarlo, te enviaré una invitación

G te invita a un video llamado ¿Aceptar o declinar?

Frank no lo podía creer. ¿Realmente iba a ver a Gerard?

XØ aceptó… conectando

- ¿Puedes verme?

La pantalla se veía oscura, pero un par de ojos verdes resaltaban y una sonrisa borrosa… Dios mío, era Gerard, lo estaba viendo, Gerard estaba vivo ¡Vivo! No había hecho Pum-Pum como dijo Mikey, oh no ahí estaba, tras la pantalla de la portátil sonriéndole, saludándolo. La imagen comenzó a aclararse un poco. Era el mismo Gerard, pero traía ojeras, el rostro desmejorado, sonreía pero sus ojos no lo hacían, tenía una expresión triste, el cabello largo, la barba crecida.

- Si… oh Gerard
- Que guapo eres, anda no llores… pensé en lo que me dijiste, tu cumpleaños número 30, es gracioso por que se me vino el numero 29 cuando te cante esto…

Gerard tosió delicadamente, miró a la pantalla, le sonrió y comenzó a cantar.

- Recuérdame…

Las lágrimas de Frank cayeron mientras Gerard al otro lado de la pantalla seguía cantándole a todo pulmón. Frank se sentía en el 2010, en el 2011, era Gerard, su Gerard de esa época con el cabello rojo, susurrándole esa canción al oído mientras lo abrazaba a escondidas. Era el Gerard que le había cantado esa canción en pleno concierto luego de cantarle feliz cumpleaños. Era el mismo y a la vez no. Porque ya no era del 2010 ni el 2011, habían pasado 10 años de eso y Gerard ya no estaba a su lado susurrándole ni cantándole, estaba Dios sabe dónde a merced de un loco que él creía no lo mataría.


- ¿Puedo ser tu única esperanza? Porque tú eres la única esperanza para mí.

Siguió cantando hasta que una sombra apareció detrás de Gerard, igual que en su sueño, alguien lo acechaba, una sombra oscura que se había quedado mirando detenidamente la pantalla y había estado leyendo y viendo todo lo que ellos hablaban. Frank al notarlo quiso advertirle a Gerard, pero se quedó mudo y sintió un hormigueo en la entrepierna, no uno bueno, uno de esos que te avisa que el control de esfínteres está fallando y lo más probable es que evacues ahí mismo delante de tu novio secuestrado.
Gerard también noto la presencia, cerró los ojos y dejo de hablar.

- Tengo que irme – le dijo a Frank – Feliz cumpleaños mi amor.

La pantalla oscureció y Frank creyó imaginar lo que estaba pasando en ese momento. Su sueño se estaba haciendo realidad, y él no estaba ahí, no estaba para ver el saco de papas sangrante que caería a su lado agonizando.
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Hay 61 comentarios en el capitulo 18, un nuevo record! Si seguimos así, despues del capitulo 20 no tendre que cerrar el blog.

jueves, 13 de octubre de 2011

Capitulo XVIII

18




Frank sostenía un mapa en la mano y bajaba unas escaleras, se encontró frente a un sótano empolvado muy oscuro. Muy cerca a él se escuchaba el sonido de un tecleado rápido. Avanzo hacia el sonido y vio una pequeña lucecita blanca que se movía e  iluminaba sin querer un pedazo de rostro. Caminó más rápido hacia la luz y se fijo que  el rostro iluminado era de Gerard. Frank sonrío, no podía creerlo, realmente era Gerard, lo había encontrado. Tiro el mapa y se acercó hacia él quien no se percataba de su presencia. Se paró frente a él y ambos se quedaron viendo a los ojos.

-¿Gerard? ¿mi amor? ¿realmente eres tú? – dijo inclinándose para ver mejor su rostro
- ¿Frankie? Me encontraste

Gerard sonreía, desde la oscuridad, parecía estar sentado en una especie de cama improvisada hecha con cartones y una frazada. Intento levantarse pero no podía, tenía las manos sujetas por cadenas largas que le impedían moverse más del perímetro permitido. Frank reparo en las muñecas encadenas de Gerard y emitió un gritillo.

- Mi pobre Gerard

Se acerco a él y movió las cadenas con las manos, pero estaban anudadas con un candado. Se puso a buscar la llave en el piso, pero todo estaba oscuro, solo veía el reflejo de Gerard con la pequeña lucecita del celular donde había estado tecleando.

- Necesito la llave o algo para romper las cadenas
- Date prisa, puede volver en cualquier momento – dijo Gerard volteando el rostro a ambos lados como si buscara una sombra en la oscuridad que los observa
- ¿Quién? – pregunto Iero moviendo las cadenas
-  Tu sabes quien – dijo Gerard en voz sepulcral
- No, no lo sé – respondió Frank jaloneando las cadenas haciéndolas sonar
- ¡No hagas eso! – le gritó Gerard -  maldición Frank vas a arruinarlo todo como siempre
- Lo siento, ¿te lastime?
- ¡Vas a despertarlo!
- ¿Esta aquí? – dijo Frank mirando la oscura habitación, empezó a sentir que un liquido caliente iba descendiendo por sus muslos – voy… voy  a llamar a la policía – dijo Frank palpando su pantalón, buscando su teléfono móvil
- Yo que tu no haría eso – le dijo Gerard
- ¿Por qué? ¿Por qué dice eso? – Preguntó Frank inquieto.

En ese momento la luz del teléfono celular que tenia en las manos fue directamente a los ojos de Gerard, estaban clavados a los de Iero. Eran verdes, brillantes. Frank retrocedió un paso, mientras Way movió el celular paseando la lucecita por su rostro, tenia quemaduras. Frank miro a su alrededor esperando que alguien salga con una cámara de la oscuridad y le diga que esta en un programa de bromas pero nadie salió. La luz se movió por los labios de Way y enfoco sus dientes, estaban amarillos, tenían manchas marrones, parecían podridos. La luz bajo y vio en el regazo de Gerard una capucha negra.

- Tú… - dijo Frank con la respiración entre cortada
- Te dije que no hagas ruido
- Eres tú – dijo Frank señalándolo con su brazo tembloroso
- No, no soy yo, ya no
- Tú… eres tú, siempre fuiste tú… ¡por que me haces esto!
- No, el quiere que pienses eso, no soy yo
- ¡Mientes! – grito Iero
- ¡No soy yo! ¡ENTIENDES! ¡NO SOY YO! – gritó Gerard

En eso el celular de Gerard cayó al piso y la lucecita desapareció, dejando toda la habitación en tinieblas. Frank se quedo de pie, el chorro de orines empezó a mojarle los zapatos.

- ¿Gerard? – preguntó Frank – por favor, te lo suplico no me hagas nada

Pero nadie le respondió.
Se agacho al piso para buscar el celular que tenia Gerard en la mano, para buscarlo a él que se supone estaba frente suyo amarrado con las cadenas, pero lo único que veía era oscuridad, nada más. El celular había desaparecido, Gerard también, estaba solo… a lo lejos se escuchaba el sonido de un grifo goteando.

- ¿Gerard? ¿Dónde estas?

Pero nuevamente nadie le respondió, siguió caminando en la zona donde había estado Gerard y pateo las cadenas que antes lo tenían atado. Estaban sueltas, tiradas en el piso.
Frank retrocedió y sintió una erección rozándole las nalgas. Se asustó y al voltear  se tropezó con las cadenas y se cayó en el piso, chocando su rostro junto al celular que Gerard había tenido en las manos.
El celular tenía un líquido viscoso encima.
Estaba húmedo.
Frank apretó cualquier tecla para iluminar la habitación y ver quien estaba atrás suyo, pero no había nadie.

- Gerard por favor, no me hagas esto

Corrió por la oscura habitación con el celular húmedo en la mano tratando de buscar una puerta, pero no encontró ninguna. Empezó a golpear las paredes y a gritar, pedir ayuda, pero nadie le respondía. Cerca de él, escucho el gruñido de algo, de alguien. Volteó e ilumino con la pequeña lucecita del celular alrededor suyo.

- ¿Quién esta ahí? ¡Responda!

Pero nadie hablo, solo se escucho el gruñido furioso de alguien que Frank sabia lo estaba observando. ¿Pero quien era? ¿Quién?

- ¿Gerard? Por favor, no me hagas esto.

Frank comenzó a llorar y se arrodillo en el suelo. Apretó con sus manos sus piernas y las pego en el pecho como un niño pequeño asustado.
Empezó a teclear el 911 en él celular, pero no veía señal, ahí se percató que la humedad del celular, no era por que cayó en sus propios orines, ni agua de algún grifo, era por que el celular estaba lleno de sangre.
Dio un grito agudo y sintió un golpe seco a su lado, como si hubieran tirado un saco de papas. Retrocedió  y lanzó el celular que aun tenia la luz prendida, cayendo este junto al bulto que había caído a su lado.

No era un saco de papas.
Era Gerard, botando sangre por la boca, con los ojos abiertos, intentando mover los labios.
A su lado estaba el encapuchado, sin la capucha puesta, un rostro distorsionado, duro, quemado, los ojos inyectados de sangre, verdes, brillantes y a la vez vacíos, muertos, los dientes podridos, la mirada ausente, gruñía mirándolo y a la vez sin hacerlo, el martillo en la mano, la sangre goteando de este.

- Ahora ya sabes por que no debes llamar a la policía – le dijo y comenzó a reírse histéricamente, mientras Frank comenzó a gritar junto al cuerpo ensangrentado de Gerard.


Fue Jamia quien lo despertó.
Lo estaba llamando al celular desde hacia un par de horas. Frank se había quedado dormido sobre las hojas impresas que Mikey le había dado el día anterior. Miró el teléfono con miedo, pensó por un momento que su sueño había sido real, muy real, a excepción que ya era de día y Gerard no estaba tirado como un saco de papas goteando sangre a su lado. No tenía ganas de contestarle a su ex esposa, no quería volver a ser interrogado por ella y menos seguir peleando, además estaba empapado de sudor, y la entrepierna le decían que no solo tenía sudor abajo, si no que se había descargado posiblemente por el miedo. El teléfono volvió a sonar y esta vez se sintió en la obligación de contestar ¿y si algo le había pasado a las niñas? Pero… ¿Por qué les pasaría algo a las niñas? Recordó su sueño y sintió que la vejiga le volvía a jugar una mala pasada, sus niñas no podían ser esos sacos de papa ensangrentados, no ellas no.

- ¿alo? – contestó temiendo lo peor
- Al fin contestas
- ¿las niñas están bien?
- ¿Qué pasa? ¿la conciencia te mata?
- Jamia por favor, no quiero volver a pelear
- ¿me puedes decir que mierda tienes en la cabeza?
- ¿De qué hablas?
- Alicia acaba de llamarme, dice que Mikey no llego a dormir ayer
- ¿y eso que tiene que ver conmigo?
- ¿Qué tiene que ver contigo? ¡No seas descarado! Mejor despiértalo y dile que vaya a reportarse con su mujer si no quieres que le cuente a Alicia que esta follando contigo
- No puedo creer que sigas con eso…
- Hazme el favor oye y se mas hombrecito de aceptarlo
- No tengo nada con Mikey
- Si claro, y tu eres heterosexual
- Oye si haz llamado a agredirme
- ¿decir que no eres heterosexual te agrede?
- Sabes a lo que me refiero
- No y no quiero saberlo, suficiente sé con lo que ayer me contaron mis hijas
- ¿Qué paso con las niñas?
- ¿Qué crees? Ayer me contaron entre lagrimas hasta el mínimo detalle de cómo el tío Gerard se enojaba con ellas, cuando papá estaba con él y no quería que lo interrumpieran
- No inventes tonterías, Gerard adora a las niñas
- Si claro, las adora, como hablas en presente de un muerto ¿no?
- ¡No quiero pelear contigo!
- Pues acá va haber pelea, las niñas dicen que tu sabias lo que ese miserable les hacia
- ¿de que hablas?
- Tu amado Gerard las gritaba, encerraba y golpeaba cuando sentía que ellas estorbaban, claro seguro quería montarte sin escuchar a un par de chiquillas correr
- Ya sobrepasaste los limites Jamia, no sabes que mierda decir para hacer quedar mal a Gerard
- ¡No creo que tus hijas me mientan! Me lo contaron nerviosas llorando, diciéndome que si tío Gerard estaba vivo que por favor no le diga nada ¡le tienen miedo!
- ¡Cállate Jamia! no voy a seguir escuchando ni una mas de tus idioteces
- ¿Qué maltraten a tus hijas es una idiotez? Sabes Frank, como van las cosas la próxima vez que nos veamos será en el juzgado de menores
- Jamia, escúchame bien
- No, tu escúchame bien, por que será lo ultimo que te diga, no se a que juego estas jugando con Mikey, no se que mierda pasa con esos correos, ni se si el miserable de Gerard esta por ahí emborrachándose y se hizo pasar por muerto cosa que no me sorprendería, pero si te digo una cosa, si ese infeliz esta vivo ¡te juro que lo mato! ¡me oíste! ¡Lo mato con mis propias manos!

Ella colgó y él se quedo de una pieza, sus manos comenzaron a temblar y el celular se le cayó de la mano. El sueño, la llamada, Gerard,  empezó a mirar a todos lados buscando un maldito saco de papas ensangrentado, pero no lo encontró. Gerard jamás le había echo daño a sus hijas, jamás las tocaría, ni las gritaría ¿verdad? Quiso creerlo, pero…
Puso ambas manos en su cabeza y comenzó a llorar, el sueño seguía dando vueltas por su cabeza junto a las palabras de Jamia. ¿Acaso este era otro juego de Gerard? Se acercó como pudo a su portátil y abrió su correo. Ahí en borradores seguía el que ayer no pudo enviar después de que se fue Mikey, por que se entretuvo leyendo los correos y conversaciones que Gerard había tenido con Lindsey. Intento concentrarse y escribir algo decente pero no podía, algo dentro de el le decía que su sueño, quizás… no era solo un sueño, quizás era una visión, quizás Gerard estaba muerto, quizás lo habían matado esta madrugada mientras el dormía pensando en las cosas que Gerard le había dicho a Lindsey, en la manera que le decía como le haría el amor cuando la viera, de como la extrañaba a ella y a sus hijos, de las ganas de volver a estar con su familia. En ninguno de los correos ni conversaciones lo mencionaba a él, Lindsey en ningún momento le dijo que el estaba muerto ¿o acaso se lo había dicho el encapuchado? Frank no podía recordarlo, se sentía confundido, triste, desconcertado. No tenia idea de cómo seguir la carta ¿le contaba sobre los correos? ¿Le decía que todo estaba olvidado y seguían adelante? ¿Realmente podían seguir adelante? Además… las cosas habían cambiado, aunque Gerard no lo sabía. Ahora Frank sabia que cosas hablaba el con Lindsey, sabia cosas que hubiera querido no saber. ¿Cómo podía seguir adelante si no dejaba de pensar en las poses que Gerard quería hacerle a Lindsey?
Fue a la cocina, tomo café y tostadas, el saco de papas ensangrentado no se iba de su cabeza, ni el pensamiento de que todo ello formaba parte de otro juego de Gerard, un maldito juego cruel con los mismos participantes y el mismo perdedor, el mismo Frank. Leyó el periódico, las noticias del día eran las mismas, asesinatos, accidentes, divorcios, ya no había nada en policiales que hablara sobre el, ni sobre Gerard, ya nadie se acordaba de ellos.
Dejo el periódico a un lado y pensó en llamar a sus hijas, pero temió que Jamia no las comunique y les haya quitado los móviles, así que volvió a su habitación y luego de releer los correos, decidió que lo mejor era contestarle a Gerard, no podía quedarse con todo esto adentro, necesitaba saber si…seguia vivo, si su sueño solo fue un sueño.



Asunto: hola

Hola Gerard, lamento contestar tan tarde, aquí han pasado algunas cosas raras, no sé… ¿Cómo estas? ¿Te sientes bien? Tuve otra pesadilla sabes, las tengo desde el día del accidente, no se me van de la cabeza y lo peor es que todas tienen que ver contigo… y ya no quiero volver a tenerlas, me ponen mal Gerard, me pongo mal, tan solo pensar que algo te esta pasando o te puede pasar en cualquier momento. Mi amor, hagamos lo imposible por sacarte de ahí, por favor, dame todos los datos, no perdamos mas tiempo, no perdamos un minuto mas.
Te Amo Gerard, te amo como siempre
Frank



Apenas terminó de escribir, apretó enviar, no tenia ganas de editarla, ni re leerla, quería mandar lo que sentía en ese momento, olvidarse de todas las palabras escuchadas, las acusaciones falsas, las conversaciones ajenas y sobre todo de los correos eróticos.

Mikey Way apareció en su casa 5 minutos después, traía una pizza vegetariana y su morral colgado en el hombro. Frank lo recibió de mala gana, aparte de que Mikey aun le daba un poco de temor, quería quedarse en su habitación, meterse a su cama y dormir, o al menos tratar de hacerlo, pero no le quedo de otra que recibirlo. Fueron al comedor y Mikey sirvió la pizza, este comió primero la pieza que Frank le ordeno probar al azar, luego de eso recién pudo comer, aún no confiaba en Mikey por mas que este diga que sigue con la medicación.  

- Eh traído vino – dijo Mikey sonriendo
- ah
- ¿te sirvo un poco?
- No gracias – dijo pensando que quería emborracharlo
- Solo un poco, las pastas saben bien con vino
- No creo que tenga ganas de tomar
- Solo un poquito, un brindis… por los correos
- ¡Justo por los correos! sabias que me darían un bajón ¿verdad?
- Te los di por que los querías, hice de todo por conseguírtelos, la verdad es que no los leí todos ¿dicen algo malo de ti?
- Mejor come, no quiero hablar de eso
- ¿vino? Solo una copa
- Eres muy insistente ¿sabias?
- Vamos, solo un trago de amigos

Pero tu no eres mi amigo, quiso decirle pero se cayó, entonces solo le quedo asentir y Mikey sonrió como un niño y fue por dos copas de vino a la cocina, regreso y las sirvió sin dejar de mirarlo. Frank miró el vino con desconfianza ¿y si tenía algún somnífero? ¿Veneno? Así que nuevamente Mikey fue el primero en probarla, luego lo hizo Frank. La botella sin querer se terminó mientras aún quedaba pizza. Hacia mucho tiempo que Frank no tomaba vino, sentía que no lo necesitaba por que las pastillas para el dolor siempre lo tenían adormitado, pero ahora de tanto tomarlas ya no surgían el mismo efecto y el médico no había querido aumentarle la dosis. Entonces bebió con gusto y se sintió mas relajado.

- ¿Sacaste alguna conclusión sobre los correos?
- Te dije que no quería hablar de eso
- Si, lo siento… es que ayer me dijiste que bueno íbamos a hablar de eso
- No hay mucho que decir, tu hermano no sabe donde esta, le dice a Lindsey que ese miserable que nos ataco le a molido las piernas, no puede caminar, ha bajado de peso y bueno no tiene idea donde esta
- ¿pero que hace todo el día?
- Dice que para sedado la mayor parte del día, le ponen inyecciones y se queda dormido, por eso come poco
- Ya… ¿y tu crees eso?
- Si lo dice Gerard, tengo que creerlo
- Bueno, yo… no creo que sea Gerard
- Si, ya me lo dijiste
- Gerard esta muerto Frank, debes asumirlo de una vez por todas
- Si esta muerto ¿Por qué envía correos?

Mikey no le dijo nada y sacó otra botella de vino de su morral y lleno la copa de Frank, quien esta vez fue el primero en beber y lo hizo de un solo tirón. Mikey dio un sorbo, mientras Frank agarró la botella y la llevo a la sala donde se tiro en el sofá. Mikey lo siguió en silencio con su copa de vino y se sentó a su lado.

- El esta vivo Mikey, pero no se donde esta, necesito encontrarlo… - dijo sollozando
- Tranquilo Frank, no te pongas así
- ¿pero como quieres que me ponga? – le dijo Frank ya lloroso – tu hermano esta secuestrado por un loco, no puede caminar y lo tienen sedado todo el día, y encima las pesadillas Mikey, las pesadillas me vuelven loco
- ¿Qué pesadillas?
- Hoy soñé que tenia un mapa, que encontré a Gerard, el pobre estaba atado con cadenas en un sótano, con un celular en la mano escribiéndome y cuando intenté romper las cadenas el sujeto apareció y era Gerard, y después desapareció y las paredes se achicaban, todo estaba oscuro, el teléfono estaba ensangrentado
- Tranquilo – le dijo Mikey acercándose mas a el
- Y luego tu hermano apareció a mi lado, como un bulto lleno de sangre, estaba agonizando a mi lado y el sujeto se burlaba de el, de mi, de nosotros
- Frank, tienes que dejar de pensar en esas cosas – Mikey paso el brazo sobre los hombros de Iero – te hacen mal
- Pero que puedo hacer Mikey, dime ¿Qué puedo hacer?
- Olvidar, debes olvidarlo
- No puedo, no puedo olvidarlo – chillo Frank lleno de lagrimas, la voz gangosa
- Shh… tranquilo, yo te voy a ayudar


Los brazos de Mikey cobijaron al cuerpo tembloroso de Iero, sus manos secaron sus lágrimas, acariciaron su cabello, su rostro, y sus labios besaron sus ojos, su frente, rozaron sus labios delgados, húmedos, cálidos. Mikey estaba fotografiando cada lágrima que había secado, cada beso que había dado, cada suspiro que había recogido de Frank. Se sentía en un sueño, en su propio sueño, un momento mágico que había esperado más de 20 años para hacerse realidad. Esta vez no había nadie que pudiera impedir su felicidad, nadie, ni siquiera el maldito Gerard.
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Quiero hacer un trato con ustedes, voy a dejar el blog abierto hasta el capitulo 20, si todas 
siguen firmando como en el capitulo 17 (incluido las que hasta ahora no lo hicieron y las que me comentaron que lo hacían por primera vez) no bloqueo el blog y no las obligo a crearse una cuenta de blogger ¿les parece? El capitulo 17 ha tenido 50 firmas en una semana, un record, veamos como va el 18, si seguimos así no sera necesario cerrar el blog.

martes, 4 de octubre de 2011

Capitulo XVII

17





-   Lo siento, lo siento tanto

Le había dicho Frank con la cabeza baja, la mirada avergonzada, los labios aun hinchados, la bragueta abierta.

-   Ahora tú, maldito infeliz  ¡lárgate de aquí! - había gritado ella – lárgate si no quieres que arme un escandalo
-   ¿un escándalo? No me hagas reír gordita, imagínate que salgas gritando ¡Mi marido se está fajando a su compañero de banda en mi boda!
-   ¡fuera de aquí maldito infeliz! ¡desaparece de nuestras vidas!

Gerard sonrió, la mirada sínica, los ojos burlones, las lágrimas no dejaban de caer por los ojos de ella. Acercó su mano a los labios de Frank, ella estaba a punto de lanzarse sobre él, quería matarlo, oh si, quería matarlo ahí mismo, quitarle esa sonrisita de superioridad, partirle la cabeza con el bouquet de novia, quería golpearlo tan fuerte hasta dejarlo morado como un camote.

-   Gerard – intentó articular Frank, estaba nervioso, se sentía mal ¿Qué demonios había hecho?
-   Si, ya me voy, total puedo cogerte después ¿no hay mucha diferencia o si Jamia?
Ella lo quedo mirando, tenía los ojos cargados de furia, iba a matarlo, iba a matarlo ahí mismo.

-   ¡Largo! – gritó ella y esta vez acerco sus puños al cuerpo de Gerard y comenzó a golpearlo en el cuerpo, a jalarle el cabello - ¡Eres un hijo de puta, como te atreves!

Gerard no se defendía, se reía, se reía de los golpes de Jamia, de sus lágrimas, de sus rabia, de sus gritos, de su maquillaje arruinado, sus uñas postizas, sus michelines escapándose del vestido que estaba arrugado, lleno de sudor. Se burlaba de toda ella, no podía evitarlo.  

La cabeza comenzó a dolerle, Jamia caminó por habitación de Frank. ¿Por qué le venían todos esos recuerdos? ¿Por qué ahora? Su ex esposo la miraba de reojo a ella y de reojo al ordenador, ella toco su cabeza como si fuera a estallar en llanto en ese momento.

-   ¿De qué quieres hablar? Le pregunto Frank

Sus ojos se habían aguado, su ex esposo la miraba con curiosidad, ¿Por qué esta así? Intento recordar fechas ¿estará en sus días de mujer? Se preguntó. Ella disimuladamente secó las lágrimas que se asomaban y se sentó en la cama, poniendo una mano sobre el ordenador. Frank se le acercó, jalo una sillita y se acomodó frente a ella.

-   ¿Te encuentras bien? – le preguntó
-   Si, solo… estoy un poco aturdida – dijo dando pequeñas palmadas sobre la portátil
-   ¿Es David? ¿Tienes problemas con él? – le preguntó mientras cruzaba los dedos para que esas palmadas no sean más fuertes o arruinaría su portátil.

Una voz en la mente de ella, le susurró “El problema es contigo”

-   No, todo está bien con David – dijo refiriéndose a su actual esposo
-   ¿Entonces?
-   Supongo que mi mente me llevo a otro lado y no fue un buen lugar
-   Oh Jamia – le dijo Frank y pasó una mano por la cabeza de ella intentando acercarla a su pecho, pero ella no se dejó, así que sólo acaricio su cabello – ya paso, no volverá más ese lugar
-   Lo sé, no, la verdad es que no lo sé… Frank ¿Qué está pasando?
-   No te entiendo – mintió Frank
No vez a tus hijas en meses y estabas más preocupado por el ordenador
-   Ha eso, ya te dije es trabajo, mis finanzas han bajado y…

Y las mentiras volvían como antes, como si siguieran casados, Frank buscaba una excusa, un salvavidas, contaba una historia para no decirle la verdad, para no contarle de que se trata de Gerard.

-   ¿Esto no tiene nada que ver con Gerard?
-   ¿Gerard? – preguntó nervioso Frank – Jamia, él está muerto

Está muerto, pero tú sigues contestándole correos, quiso decirte pero se contuvo.

-   ¿Por qué dices eso?- preguntó Frank algo nervioso
-   Alicia me llamo en la mañana – mintió Jamia – me dijo que te encontraste con Mikey en la comisaria, ¿Qué hacías ahí?
-   Ah bueno, nada es solo que…
-   ¿Qué?
-   Quería saber cómo iba la investigación
-   También me dijo que Mikey vino a la casa al día siguiente
-   Parece que Alicia sigue igual de chismosa como siempre
-   ¿puedes contestarme?
-   No hay nada que decir, lo vi en la comisaria y bueno vino y hablamos un rato
-   ¿Tu, hablando con Mikey Way?
-   Bueno, no somos grandes amigos pero…
-   Creo que ya entiendo todo esto

Jamia se paró de la cama y empezó a caminar por la habitación, Frank la siguió con la mirada. ¿Acaso Frank…? Hizo una mueca de asco, y empezó a llenarse de rabia, como ese día en su matrimonio.

-   Supongo que esto pasaría tarde o temprano, total era el único que faltaba – dijo ella visiblemente molesta
-   ¿Qué? ¿Quién? – pregunto Iero sorprendido por la reacción de ella
-   Así que… esa es la manera que él tiene para llegar a ti – le dijo cruzando los brazos
-   ¿Qué manera? ¿de qué hablas?
-   No te hagas el tonto conmigo Frank, te conozco desde hace más de 20 años ¡sé de qué pie cojeas!
-   Explícate – dijo Frank algo nervioso, pero más que eso algo fastidiado ¿Por qué su ex mujer actuaba como si aún fuera su esposa?
-   Pobre Alicia, supongo que este chisme no le gustara
-   ¿Qué chisme? – preguntó Frank poniéndose de pie
-   Así que… te tiras a Mikey simulando que él es tu amado Gerard, por eso se mandan correítos, ¿verdad?
-   ¿de qué demonios hablas?- dijo avanzando hacia ella
-   Vamos, no me vas a decir que no estabas respondiéndole un correo caliente a Mikey, diré a Gerard…
-   Pero… ¿de qué…? ¿Qué demonios te pasa? ¡quién te dijo sobre los correos!
-   Así que adivine – soltó ella – debo darle méritos a todo el tiempo que te conozco, a ti te encanta vivir en la fantasía, como cuando decías… ¿Cómo era? Gerard dejara a Lindsey y se casara conmigo, jajajaja
-   No me hace gracia
-   Supongo que a mí sí, bueno, te dejo para respondas tu correo triple x, estaré abajo con las niñas, no tardes o te juro que no volverás a verlas
-   No puedes hacer eso
-   ¿ah no? Claro que puedo, ¿Qué juez dejaría a un par de niñas expuestas a un padre que se envía correos de su amante muerto con el hermano de este? Oye… espera un momento… ¿no serán esos ataques parte del juego? ¿no será que Mikey estaba enojado con Pedicone y se le fue la mano? ¿Qué estaba tan celoso de Gerard y por eso mato a su hermano? ¿Acaso Mikey es tu encapuchado?
-   No sabes lo que dices, ¡Estás loca!
-   Oh no Frank, yo no soy la loca, acá el único loco eres tú… sigue con tus correítos con Mikey, creo que será mejor que me lleve a las niñas, no quiero que ninguna acabe con el cráneo destrozado como Pedicone

Dicho esto, salió de la habitación dando un fuerte portazo. Frank se quedó inmóvil. ¿Qué demonios había pasado con Jamia? ¿Cómo sabía sobre los correos? ¿Por qué decía esas cosas sobre Mikey? Al instante recordó sus propias conclusiones, su miedo… Aunque… el encapuchado le había dicho que no era Mikey, es más le había dicho…


-   Sé que eres tu Mikey, lo sé
-   ¿Mikey? ¿Te estas acostando con él? – le preguntó el encapuchado, estaba enojado
-   Sé que eres tú – insistió - ¡lo sé! ¡y no te tengo miedo!
-   Te has acostado con todos… ¡con todos! – dijo el encapuchado sujetándolo por los cabellos
-   ¡No me toques! – chilló Frank con el rostro empapado en lágrimas y las piernas de orines
-   Perra asquerosa… te gusta que te la metan ¿no? ¿te gusta?


Miro la portátil, tocó su entrepierna. No te orines, por favor, no lo hagas se repetía. Su mirada volvió a la portátil, no había terminado de escribir, quizás Gerard estaba esperándolo, en algún lugar del mundo, en un sótano como le había dicho estaba escribiéndole a escondidas, pendiente de una respuesta, de que el encapuchado vuelva, de que le vuelva a partir las piernas… Puso su mano sobre la portátil, su piel estaba de gallina, estaba temblando ¿debía responderle o ir con sus hijas?
Escuchó la voz de Lily chillar, quizás… Gerard pueda esperar, se dijo, pero recordó el nacimiento de sus hijas, a Gerard en el teléfono, no queriendo cortarle, el seguía colgado del teléfono, sus niñas habían nacido y él no había entrado a la sala de parto, no las había visto nacer. Gerard, esta vez…
Frank salió de la habitación y corrió a la sala donde Lily estaba llorando y Cherry la abrazaba.

-   Papito ¿Por qué quieres que nos vayamos? – dijo Lily con los ojos rojos
-   Yo no eh dicho eso – se defendió mirando amargamente a Jamia, acercándose a sus hijas
-   Cielo, te digo que papá está ocupado con ¿Cómo era Frank? ¡Trabajo! Sus finanzas han bajado…
-   No te hagas la…
-   ¿vas a decir ahora que no me dijiste eso?
-   Jamia por favor, llevemos la fiesta en paz – dijo abrazando a sus hijas, Lily no paraba de llorar
-   Ya te dije, no quiero que mis hijas terminen como…

No pudo terminar lo que iba a decir, porque en ese instante apareció por el umbral de la habitación Mikey Way. Tenía en las manos una carpeta llena de papeles y en la otra una bolsa con comida que decía Sushi Bar. Jamia lo miró y sintió repulsión, quizás la misma que sentía cuando Gerard aparecía de la nada a interrumpir los pocos momentos familiares que tenían en familia, aunque claro… Frank ya no era más su esposo, ya no eran más una familia…

-   ¡Tío Mikey! – dijo Cherry
-   Hola Cherry, Lily, Jamia – saludó levantándole las cejas a cada una
-   ¡Mikey! ¿has traído el almuerzo?- le dijo Jamia mirando la bolsita de sushi que tenía en la mano, Mikey se puso nervioso
-   Sí, yo… compré…
-   ¿Qué demonios haces acá? – le dijo Frank
-   Yo vine a…
-   ¿a qué?
-   La última vez que estuve aquí no querías que me valla – le recordó Mikey

Era cierto, Frank le había pedido a Mikey que no se valla, que se quede y le cuente todo lo que sabía sobre los correos de Gerard, le diga el paradero de su hermano si es que lo sabía,  pero claro eso no lo sabía Jamia, ella solo veía la imagen de la manera en que lo había imaginado instantes antes en la habitación de Frank. Mikey su amante, quizás desde hace mucho tiempo atrás, Frank obsesionado por Gerard, Mikey celoso, muy celoso asesinando a su hermano, casi matando a Pedicone, golpeando a Frank y este sumiso, aguantado como siempre, como lo había aguantado a Gerard tantas veces antes.

-   Cállate – le susurró Frank
-   No es necesario que lo calles, nosotras ya nos vamos para que puedan conversar y comerse diré comer a gusto

Cherry y Lily miraron a su mamá y entendieron la situación. El tío Gerard había muerto, pero el tío Mikey no, y estaba ahí con papá acompañándolo, como antes lo había echo tío Gerard. Ambas tomaron la mano de su mamá y le dieron una mirada triste a su papá.

-   No se vayan por favor – les pidió Frank acercándose a ellas
-   Nos vemos pronto – le dijo Cherry
-   Hijita no, no digas eso
-   Papi no queremos interrumpirte con tío Mikey
-   A tío Gerard no le gustaba que interrumpiéramos – dijo Cherry recordando a Gerard gritándola
-   ¿Así que a tu tío Gerard no le gustaba que lo interrumpieras cuando estaba con papá? – preguntó Jamia a su hija
-   Ya esta muerto mamá… mejor olvídalo
-   No querida, no puedo, vamos me cuentas en el camino a casa

Lily abrazó en silencio a su papá y Cherry hizo lo mismo y salieron de la mano con Jamia quien no se despidió de ninguno de los dos al salir.
Frank se tocó la cabeza, empezó a dolerle.

-   Traje sushi, sé que te gusta… quizás te duele la cabeza porque no haz comido
-   ¿Qué cosa quieres Mikey?
-   Dejamos algo pendiente

Frank vio a Mikey y lo desconoció, no era el mismo que lo había estado acosando desde el primer accidente, ahí frente a él estaba un Mikey distinto, el Mikey de siempre, con el que se había ido de gira por muchos años, el chico tímido, de mirada insegura, que a veces tartamudea y siempre está nervioso por algo.

-   ¿Sushi? – preguntó Mikey acercándole la bolsa
-   ¿ya no me quieres secuestrar y llevar a Ibiza? – le preguntó Frank
-   Oh eso – respondió Mikey y se ruborizó – verás… no estaba bien, no había estado tomando mi medicación por un buen tiempo
-   ¿y la tomaste ayer y todo volvió a la normalidad?
-   La vengo tomando desde la tarde que nos vimos en la comisaria, y si supongo que está dando algo de efecto
-   Pues no dejes de tomar las pastillas, me das un miedo de los cojones
-   Si, te hacia hacer pis encima, oye lo siento
-   Ya cállate – dijo Frank tocando su entrepierna disimuladamente
-   ¿sushi? – insistió Mikey
-   ¿no tiene veneno?
-   Lo acabo de comprar, tengo la factura aquí, si quieres como primero
-   De acuerdo, vamos al comedor

Mikey le hizo una reverencia con la mano a Frank para que pase primero al comedor, Frank miró antes a uno de sus hombres de seguridad indicándole que estaría en el comedor y que vigilara, sus miradas decían mucho le había dicho en algún momento uno de ellos. Pasaron al comedor y Mikey sacó 3 recipientes con rollitos de maquis, junto a dos juegos de palitos para comer y salsas. Frank se sentó a su lado y Mikey rompió uno de los palitos, probando uno por uno cada maqui que Frank eligió que el comiera primero, Mikey lo hizo en silencio y sin protestar, luego de eso Frank comió. Se sintió raro sentado a lado de Mikey después de todo lo que había pasado con el los últimos meses. Definitivamente no había estado tomando su medicación. Por un momento se le cruzo en la cabeza lo que Jamia le había dicho, sobre que este había matado a su hermano, atacado a Pedicone y golpeado (y violado) a Frank en más de una oportunidad, pero lo veía tan indefenso comiendo con los palitos japoneses, que descartó ello, Mikey era loco como había dicho Lindsey, pero sería incapaz de hacer algo así ¿o no?

-   ¿solo viniste a traerme sushi o hay algo más? – pregunto Frank mirando la carpeta con hojas que tenía Mikey a su lado en la mesa
-   Ah si… veras estuve investigando un poco
-   ¿sobre?
-   Sobre Gerard
-   ¿Gerard? ¿sobre los correos? ¿Qué sabes Mikey?
-   Antes solo lo que me había contado Lindsey, pero… bueno supongo que ahora sé más
-   Explícate
-   Tengo todos los correos y conversaciones que ha tenido con Lindsey
-   ¿Cómo?
-   Los eh impreso… en un descuido de ella, se fue a cambiarle el pañal a Séance y aproveche… oye no estoy orgulloso de esto, pero… lo hice por ti
-   Ya – dijo Frank sin mirarlo - ¿me los muestras?
-   Si por supuesto
Mikey sacó un fardo de papeles desordenados y se los entrego a Frank, este los reviso, las fechas veian desde 6 meses atrás.

-   Parece que llevan tiempo hablando – dijo Mikey
-   Eso veo
-   Mira, quizás… solo sea una broma
-   No, esto no es ninguna broma Mikey, ninguna broma
-   Frank… lamento haberte dicho que ya estabas muerto
-   Olvídalo – le dijo leyendo las hojas
-   Me eh sentido mal todos estos días, quiero que volvamos a lo de antes, a ser amigos
-   Si claro – dijo sin prestarle mucha atención
-   Aunque creo que eso ya paso por que me estas ignorando como siempre
-   Lo siento Mikey, pero… esto es delicado, alguien tiene secuestrado a tu hermano
-   No creo que… sea mi hermano
-   Bueno, eso ya lo veré yo
-   ¿Frank?
-   Dime
-   Hay alguna remota posibilidad de que me des un beso a cambió de cada papel que te eh facilitado
-   ¿Qué dices? – dijo Frank asombrado
-   De acuerdo… debi pedirlo antes de darte el material, soy un tonto…
-   Mikey, gracias por todo esto, supongo que un gracias es lo único que puedo darte
-   Ya, entiendo… ¿quieres que me vaya para que los revises?
-   Eh… bueno no quería ser grosero
-   No, no lo eres… yo te entiendo, ¿puedo volver mañana? Digo… asi me cuentas que conclusión sacaste… quizás pueda ayudarte
-   Si, supongo que puedes venir
-   Gracias – dijo – mañana traeré una pizza ¿Qué dices?
-   Si esta bien

Mikey se paró de la mesa y se acercó a Frank, este se paró también sin soltar las hojas de la mano. Mikey le dio la mano, Frank se la miró y le dio un apretón muy varonil. Mikey se ruborizó y lo abrazó, lo abrazó como si de eso dependiera su vida, como si lo hubiera esperado toda su vida, fue un largo abrazo, fuerte, donde el corazón de Mikey latía a mil por hora mientras Iero estaba incomodo tratando de zafarse.

-   Hasta mañana – dijo Mikey
-   Chau – le dijo Frank

Se alejó del comedor hasta la salida de la casa. Frank no vio la lágrima que Mikey derramó al subir a su auto.