domingo, 25 de marzo de 2012

Capitulo XXVI

26



-        ¿Ali?
-        ¿Sí? ¡Jamia!
-        Hola Ali ¿Cómo estás?
-        Bien, no tan bien, ya no se cómo – dijo soltando una risita nerviosa – no espera, estoy bien, perfectamente bien, ¡excelente!

Frank pasó la noche en su antigua casa. Durmió en el mueble de la sala a pesar de que Jamia le dijo que no tendría inconveniente de compartir la cama con él, total ¿ERAN AMIGOS, NO? Frank declino la oferta aludiendo que no quería confundir a sus hijas, dado que luego del divorcio estuvieron muy tristes de que el ya no viva en la casa y mamá allá conseguido otra pareja…
Jamia no le dijo nada y se fue a la cama, pero no pudo dormir. Se la paso con el ojo abierto esperando que Frank suba a la habitación, se meta a la cama con ella y le haga el amor salvajemente hasta romper la cama. Pero eso no paso. Cuando al fin consiguió dormir, pocas horas después las risas de sus hijas la despertaron por la mañana. Ambas estaban en la cocina con Frank. El había preparado el desayuno. Jamia sintió ganas de llorar. ¡Pero qué tarada había sido! Los cuatro comieron en la pequeña mesita de la cocina, luego fueron a la salita de estar para ver televisión todos juntos. Fue ahí donde Frank llamó a Jamia a un lado haciendo que esta se ponga más torpe que lo de costumbre. ¿Qué me dirá? Pensó Jamia ¿Qué me extraña y está arrepentido de todo? ¿Qué será mejor que deje de buscar al cerdo ese y mejor llama a la policía? Total, ellos tenían suficiente dinero para mudarse de país, contratar un ejército de guardaespaldas y empezar una vida nueva. Sin ese loco que le quería hacer daño, sin el cerdo de Gerard, sin el idiota de David, ni los estúpidos amigos de Frank, bueno los que quedaban vivos, como ese tal Shaun. Solo serian ellos cuatro juntos, ellos dos en la cama. No habrían mas Gerard, Pedicone, Dewees, ni ningún imbécil queriendo irrumpir en su felicidad. Pero Frank lo único que le dijo fue si por favor, podía llamar a Alicia, que posiblemente ya estaba levantada. Entonces Jamia paso saliva, le sonrió y marco el número de la mujer de Mikey Way, pensando que después de la llamada quizás ella… podría sugerir que huyeran del país. Así que Alicia contesto y Jamia puso el altavoz en el celular. Frank se pego a ella para escuchar lo que Alicia le iba a decir, Jamia al sentir la cercanía se embobó nuevamente y pensó que quizás Suiza sería un buen país para mudarse. Suiza el país de las camas rotas.

-        Qué bueno – dijo Jamia poniendo los ojos en blanco - ¿Y Mikey?
-        ¿Mikey?
-        Si, Mikey ¿Cómo esta?
-        Mi bebé esta perfecto

Frank le hizo señas de que le pregunte más. Jamia empezó a titubear en el teléfono y volvió a hablar.

-        ¡Bebé! Valla, que lindo que lo llames así, ¿está contigo ahora tu bebé?
-        ¿Por qué?
-        No sé, es solo una pregunta
-        ¿Vas a contarme algo jugoso, verdad? Por eso no quieres que mi bebé este cerca
-        Ah sí, un chisme jugoso – dijo Jamia fingiendo una sonrisa, Frank sonrió con ella y le pellizco el brazo, Jamia sintió que le había pellizcado el pezón
-        ¡Como me gustan esos chismes! No, mi bebé no está… salió muy temprano esta mañana
-        ¿A dónde?
-        ¿Por qué preguntas tanto por mi bebé?
-        Nada, ya te digo es solo una pregunta
-        Está bien… ¿y cómo vas con Frank?

Jamia volvió a titubear y su rostro se enrojeció. Estuvo a punto de quitar el altavoz, pero Frank no le quito la mirada de encima. Alicia, ¿Por qué serás tan chismosa? Simulo toser y hablo nuevamente.

-        Ali, me divorcie de Frank hace años – dijo como hablándole a un niño chiquito que no entiende cuando le dicen que no habrá postre si no termina el almuerzo
-        Eso ya lo sé, me refiero a lo que me contaste en nuestra última charla.

Ahora Frank parecía más atento a la conversación que cuando estaba pegado a ella intentando saber si podrían sacarle algo a Alicia sobre Mikey. Jamia sintió que sería conveniente haber hecho la llamada en el jardín, así podría esconder de vergüenza su cabeza. ¡Pero es que Alicia no podía aguantarse! Bueno tampoco sabía que Frank estaba ahí escuchando todo, si Alicia abría la boca, estaba pérdida, mejor cortar la llamada, si, mejor, no podía arriesgarse a que empiece a soltar todo el rollo de su calentura hacía su ex marido.

-        Ali – dijo presurosamente Jamia quien traía casi todos los colores sobre la cara – Lily me llama
-        ¿Otra vez quiere comer? Tienes que hacer algo con tu hija
-        Tengo que cortar Ali

Frank de inmediato le hizo señas para que no corte, para que continúe la conversación, Total, aun no le habían sacado mucho, solo que Mikey había regresado esa noche a su casa y había salido muy temprano de ella. Pero ¿A dónde? ¿A la casa en Belleville? ¿A seguir torturando a su hermano? ¿A enterrarlo? Frank sintió espasmos, ahí mismo.

-        Bueno, anda con Lily, tan linda ella
-        Si, cuídate
-        Me cuentas si te llegas a tirar a Frank ¿eh? Quiero lujo de detalles, sobre todo si vuelven a romper otra cama, como esa en suiza que no olvidas…

Ahora sí estaba jodida. ¡Pero es que esa mujer nunca para! El rostro de Jamia se puso de todos, absolutamente todos los colores posibles. Frank a su lado, estaba a punto de soltar una carcajada en la cara de Jamia. Intento disimular la risa, pero no pudo. Jamia cortó el teléfono y bajo la cabeza como si eso hiciera que la vergüenza se le valla de encima.

-        ¿Qué era eso de Suiza? – preguntó Frank sonriendo
-        Nada – dijo Jamia seca, rogando a que haya un terremoto en ese momento para que se olviden del tema
-        ¿Segura? A mi me trajo algunos recuerdos – dijo Frank sonriendo

Jamia fijo sus ojos avergonzados sobre los de su ex esposo, ahora tenían un toque distinto, estaban ¿Brillosos? Si, llenos de recuerdos, llenos de Frank y su historia que no debió cortarse. ¿A caso Frank también recordaba esa noche? Si, claro que si lo recordaba ¡Pero como podía olvidarse! El hotel recargó en la tarjeta de Frank la reparación de la cama y Frank pago de buen gusto riéndose a carcajadas.
Frank a su lado siguió sonriendo, imaginaba lo que Jamia recordaba de esa noche, algo que quizás el no recuerde de la misma manera, por que Jamia nunca supo realmente que había pasado antes de que el llegue con una erección increíble a la habitación del hotel donde estaban hospedados.
Ese día, habían tocado en el Gurten Festival, muchas bandas, incluida la de Lindsey la esposa de Gerard se iban a presentar ese mismo día. Lindsey se había presentado primero, teloneando a las bandas principales  y luego le había dicho a su marido que saldría a dar una vuelta por Suiza y volvería en la noche. Cuando Frank supo esto, estuvo jugueteando con Gerard en todo el concierto, se toquetearon a mas no poder en casi todas las canciones en las que les fue posible. Al terminar el concierto, ambos corrieron a los camerinos donde se encerraron ahí para dar rienda suelta a sus instintos, pero no les duro mucho, porque minutos después apareció el manager de la banda para pedirles que salgan por que otra banda requería los camerinos a la voz de ya. Entonces volvieron juntos al hotel y en todo el camino se morrearon a más no poder en la camioneta que los transporto, estuvieron a punto de desnudarse pero el trayecto fue corto y nuevamente fueron interrumpidos, diciendo que ya habían llegado. Ambos se metieron a un ascensor donde siguieron tocándose y repitiendo que no podían mas, que ahí mismo lo harían. Al fin, cuando llegaron a la habitación, Gerard lanzó a Frank en la cama y comenzaron a quitarse la ropa, pero nuevamente fueron interrumpidos, esta vez por Lindsey quien entraba en la habitación diciendo que Suiza era aburrido y las tiendas una gran mierda. Entonces Frank tuvo que salir a hurtadillas de la habitación por la ventana para que Lindsey no lo vea y lo mate ahí mismo. Cuando volvió a su habitación, llegó con la idea de meterse a la ducha y hacerse una paja rápida para que Jamia no se dé cuenta del tiempo en la ducha y este haciéndole preguntas. Pero lo que encontró en su habitación cuando entró, fue a Jamia esperándolo en baby doll y muchos pétalos rojos sobre la cama, porque cumplían un año más de casados y claro, Frank se había olvidado por completo de dicho suceso. Entonces toda la calentura que traía encima por culpa de Gerard y sus intentos falladitos de follar, se los dio como regalo a Jamia y sí, una de las tablas de la cama que había estado dando problemas desde que se instalaron, se doblo, se partió e invento al resto, haciendo que se rompa la cama por los movimientos escandalosos que habían protagonizado ambos.

-        No tienes por qué avergonzarte, la pasamos bien ese día
-        Si, fue… - espectacular, la mejor, posiblemente la única vez que te comportaste como si realmente me desearas
-        Ya esta, no te sientas mal por haberlo contado
-        Si, es solo que Alicia no debió decir nada
-        Alicia no sabía que yo estaba escuchando
-        No, no sabia
-        Bueno, que pena que no lograste sacarle nada… ¿Dónde rayos habrá ido Mikey? ¿A Belleville?
-        No sé, lo siento Frank… la jodí
-        Si tan solo pudiera hablar con Lindsey, no sé, ella podría hablar con su suegro, podría meterse a esa casa fácil
-        ¿Quieres que llame a Lindsey?
-        ¿Lo harías Jam? ¿Harías eso por mí?

Frank apretó una mano libre de Jamia y en la otra le colocaba el teléfono. Jamia se olvido por completo de que sus hijas estaban en la otra habitación viendo televisión y estuvo a punto de desnudar ahí mismo a Frank. ¿Pero que rayos le pasaba? Se contuvo e intento disimular el hormigueo que tenía en la entrepierna y marcó el número de Lindsey. Frank no le quitaba la mirada de encima, ni la sonrisa en los labios, una sonrisa de cortesía que Jamia confundía con una promesa de sexo.

-        ¿Esta timbrando? – preguntó Frank
-        Si, timbra – dijo Jamia saliendo de sus pensamientos
-        Pon altavoz – le dijo Frank

Jamia apretó el botón con la mano temblorosa.

-        No contesta – dijo queriendo cortar y tirársele encima
-        Dale tiempo – dijo Frank
-        ¿Gerard? – contestó Lindsey al teléfono

Frank se quedó de una pieza. ¿Gerard? ¿Estaba esperando la llamada de Gerard? Su corazón estuvo a punto de salirse ahí mismo. Jamia seguía sin decir una palabra, Frank le hizo muecas para que hable. Jamia abrió la boca y titubeo un poco.

-        No, soy yo Jamia
-        Ah, estoy ocupada ahora
-        Tenemos que hablar
-        No, no tenemos nada que hablar y si no te molesta no vuelvas a llamarme y menos tu hija llamar a la mía

Frank al ver que Lindsey no tenía la más mínima intención de seguir la conversación con Jamia, le quito el teléfono a esta y habló.

-        Lindsey, soy Frank, ayer fui a la casa de Belleville
-        ¡Que parte de que no quiero saber nada de ti no haz entendido enano de mierda! ¡y encima usas a Jamia para llamar!
-        Por favor, escúchame, en la casa estaba Donald que estaba histérico y también estaba Mikey, Dios Lindsey, tenia las manos ensangrentadas ¡Me sacaron de ahí! Tienes que ayudarme, Gerard puede estar muerto, tú eres la única que puede entrar a esa casa ¡la única!
-        ¡Aléjate de mi y de mi marido! No quiero que te acerques más por Belleville, ni por mi casa, y por ningún motivo a él o te juro que esta vez no te dejarán vivir para contarlo.

Lindsey cortó la llamada de un golpe dejando a Frank con el corazón en la mano. ¿De que…? No es posible, ella… ¿ella realmente? ¿Ella tiene que ver con todo esto?
El aire comenzó a faltarle, su respiración se agitó, su corazón tenía el latido del conteo de una bomba a punto de explosionar. Esto no podía ser posible, no, de ninguna manera… En su mente vio al encapuchado, a Jarrod, a Gerard, a Lindsey con Gerard, a todos con Gerard, ha él solo, a merced del encapuchado. Iba a volver por el, no iba a dejarlo vivir para contarlo. Eso le había dicho Lindsey, y Frank sabía, si, estaba completamente seguro de que se refería a ese maldito.
Jamia a su lado no sabía que hacer, empezó a palmear su mano frente al rostro de Frank intentando darle aire, veía que su ex marido tenía el rostro más pálido que nunca.

-        Calma Frank, seguro que no lo decía en serio – ella lo dudaba, pero no había forma que le diga lo contrario, no quería que le dé un ataque cardiaco ahí mismo
-        ¿Escuchas… escuchaste lo que dijo?
-        Si, déjala, está enojada, vamos es su marido ¿a quién le va hacer gracia que…? - Frank la cortó
-        Me amenazó, ella… ¿ella tiene algo que ver con esto? ¿con el secuestro de Gerard?

Unos pasos se acercaron a ellos. Ninguno se había dado cuenta de que David el esposo de Jamia había entrado a la casa y había escuchado la conversación. Se paro frente a ellos con una sonrisa burlona y habló.

-        ¿Quién secuestro a Gerard? ¿Jarrod?

Frank abrió los ojos como platos. ¿Jarrod? ¿Otra vez ese hijo de puta era mencionado? No es posible, en menos de 24 horas lo habían mencionado tres condenadas veces. ¿Pero qué rayos tiene que ver ese imbécil en todo esto? Frank se levantó del mueble de la sala y miró con todo el odio que traía contenido hacía su ex amigo, ese que fue su socio por tantos años, hasta que se acostó con su esposa. Claro y no es que le haya importado mucho, al contrario se sintió algo liberado al haberse divorciado por más que fingió que no era así, pero vamos, una cosa es una aventura y otra es casarte después con esa aventura y hacerla vivir con tus hijas y eso Frank no podía perdonar.

-        ¿De qué mierda hablas? – dijo Frank
-        Cuida esa boca en mi casa ¿quieres? Mis hijas pueden escuchar
-        Esta no es tu casa y mis hijas no son tuyas
-        ¡Pero si me dicen papá!
Frank miró a Jamia preguntándole con la mirada si era cierto lo que decía David, quien estaba casi riéndose en la cara de Frank. Esta movió la cabeza a ambos lados en símbolo de negación y cruzó sus brazos acercándose a David.

-        No lo molestes
-        Tengo hambre – soltó David sin quitarle la vista a Frank de encima – Prepárame algo de comer – le ordenó a Jamia, esta lo miró desconcertada – y que este caliente – añadió dándole una palmada en el trasero

Jamia se quedó de pie avergonzada. ¡Como se atreve! Tenía unas ganas de mandarlo ahí mismo a la mierda, decirle que jamás lo amaría como amaba aún a Frank y que era pésimo en la cama, pero sus hijas estaban cerca y no quería armar ningún escándalo sabiendo que ellas podrían escuchar.
Frank corrió hacia la puerta hecho una furia, no iba a quedarse ni un minuto más a escuchar a ese imbécil, Jamia intentó persuadirlo pero este no le hizo caso y siguió caminando.

-        Yo me despido de mis hijas por ti, no te preocupes – le dijo David riendo, Frank no volteó y salió tirando la puerta con fuerza.

Subió a la camioneta. Los chicos seguían ahí, pero se habían cambiado de ropa y tenían comida dentro del auto. Frank les pidió que lo lleven a la casa, mientras se echaba en la parte trasera poniendo sus piernas sobre la hamburguesa y la bolsa de papitas de Brando. Este no le dijo nada y sacó su comida levantando las piernas de Frank.

-        ¡Quieres arrancar de una vez el maldito carro! – le dijo Frank a Pedro quien seguía masticando e intentando meter por algún lado la malteada de fresa que estaba bebiendo
-        Si señor – dijo con los dientes llenos de comida, mientras sorbía el ultimo contenido de la leche malteada

La camioneta arrancó y Frank sacó su celular. No había ningún mensaje. Estaba tan enojado, que estuvo a punto de lanzar el teléfono por la carretera pero se contuvo. Maldito David, Maldito Jarrod ¿Qué demonios tienes que ver en todo esto? Y sobre todo ¡Maldita Lindsey! Si realmente ella estaba metida en todo esto, si había fingido muy bien desde un comienzo, Dios ¡claro! El encapuchado nunca la toco a ella, siempre a él. ¿Entonces Gerard? ¿Quería vengarse de él? ¿Hacernos pagar culpas? ¿Qué culpa tenían ellos de haberse enamorado? Aunque... ella ayer había pedido que la ayude a buscarlo. Algo había pasado después de que él se fue de la casa de Lindsey con las niñas, o quizás después de que el salió de la casa de Gerard…
¿Gerard había hablado con Lindsey? Ella lo mencionó a penas Jamia llamó… 
Empezó a teclear en su teléfono, necesitaba respuestas, pero ya. No sabía nada de Gerard hacía tanto tiempo… ¿desde su cumpleaños? Frank miró en su celular la fecha. Era diciembre, primero de diciembre.

Asunto: Gerard ¿Por qué no me escribes?

Ayer fui a Belleville, a tu casa, Lindsey descubrió una pista de que posiblemente te tengan ahí secuestrado. Cuando fui tu padre y tu hermano estaban en la casa, Mikey traía las manos ensangrentadas. Hoy intenté hablar con Lindsey por teléfono y lo primero que hizo fue mencionarte al contestar. ¿Qué está pasando?  ¿Estás bien mi amor? Te eh escrito como mil correos y no eh tenido respuesta, por favor no me dejes así, estoy desesperado, no sé nada de ti desde que te vi por la cámara… Dios luego de eso apareció él… por favor, contéstame…

Cinco minutos después, Gerard le respondió.

Asunto: RE: Gerard ¿Por qué no me escribes?

Entra al MSN, tenemos que hablar


Miles de pensamientos pasaron por la cabeza de Frank en ese instante. ¿Por qué le respondía ahora y no antes? Le había escrito tantas veces…
Definitivamente algo había cambiado en todo el panorama. ¿Acaso había abierto una puerta ayer al visitar la casa de sus padres? Frank pensaba que era así, pero temía que de esa puerta salga el encapuchado y vaya por él.
Cuando intentó abrir el MSN desde su celular, le salió un aviso de que no tenía batería y se apagó. Frank gruño y lanzo el teléfono al aire que le rozo la oreja a Pedro.

-        ¡Maldita batería! ¡Por que manejas tan lento!
-        Voy lo mas rápido que puedo
-        ¡Apúrate maldición!
-        Frank – dijo Brando – esta yendo rápido
-        ¡No lo suficientemente rápido para mí! Préstame tu celular
-        ¿para que?
-        Ese no es tu problema
-        Es mi celular, es mi problema
-        No te lo puedo decir
-        No te lo puedo prestar
-        ¡Maldita sea! ¡No me hagas esto!

Frank se puso a llorar en el auto como un niño. Brando cruzó los brazos y miró por la ventana sin prestarle atención. Frank se acercó a él y comenzó a zarandear su brazo.
Brando lo siguió ignorando hasta que llegaron a la casa. Frank bajo corriendo de la camioneta no sin antes enseñarle el dedo medio a Brando quien ni lo miró, ahí fue donde se tropezó con la silla de ruedas de Pedicone que estaba a mitad de camino del jardín y cayó aparatosamente al suelo. Pedro y Brando estallaron de risa al ver a Frank en el piso. Este se levantó y pateó la silla de ruedas vacía y corrió a su habitación a prender su computadora. Necesitaba hablar con Gerard, ya después podía despedir a esos hijos de puta por reírse de él. ¿Quién rayos ponía la silla de ruedas a mitad de camino?
Al fin llegó a su habitación, prendió el ordenador y abrió el MSN. Gerard no estaba conectado. Frank sintió que su corazón iba a estallarle ahí mismo.
XØ         dice:
*Gee
Hola mi amor
Lamento la tardanza
Se me acabo la batería del celular, ya sabes, es una mierda eso
Porque recién te comunicas
Eh estado tan preocupado por ti
No sabes las cosas como han estado aquí, ese hijo de puta


Gerard no respondía el chat y Frank empezó a sentir un poco de miedo. ¿Y si no era Gerard el que estaba conectado? El correo había sido tan breve, tan frío. Ni si quiera le había dicho hola, ni mi amor, ni te amo, nada. Y no le había contestado ninguna cosa por el MSN hasta ahora. ¿Y si era el encapuchado el que estaba escribiendo? A Frank se le puso la piel de gallina.

XØ         dice:
*¿Gerard?
G           dice:
*Hola mi amor ¿me extrañaste?
XØ         dice:
*Si, ¡claro que si! Gerard que bueno verte, ha pasado tanto tiempo, pensé que te había pasado algo ¿Por qué no te comunicaste conmigo? Te eh enviado un montón de correos
G           dice:
*Lo sé, acabo de verlos, no eh tenido acceso hasta ayer
XØ         dice:
*¿Ayer?
G           dice:
*Ayer, cuando viniste a verme – dijo Gerard poniendo un icono de una carita feliz

Frank sintió que le iba a dar un ataque ahí mismo. ¿Qué había dicho Gerard? ¿Qué Frank lo había visitado? ¿Frank estaba en su vieja casa de Belleville? ¡Lo sabía! Pero… ¿Por qué las manos de Mikey estaban ensangrentadas? ¿Mikey era el encapuchado? ¿Ese hijo de puta había matado a sus amigos? ¿Lo había torturado y violado? El rostro de Frank luego de haberse iluminado se apagó y se lleno de terror.

G           dice:
*Estoy bien, tranquilo
XØ         dice:
*¿Mikey es…? Tu padre…
G           dice:
*Tranquilo mi amor
XØ         dice:
*Es que… Dios mío… todo lo que ha pasado… ¿Cómo es posible?
G           dice:
*Mi familia me esta protegiendo
XØ         dice:
*Pero… ¿de quién? No entiendo nada, nada
G           dice:
*Frank, hice algo malo… ahora estoy bien, mi familia me cuida, pero las cosas pueden irse a la mierda si…
XØ         dice:
*¿Sí?
G           dice:
*No quiero hablar más, lo importante es que estoy bien, ¡tu estas bien! Hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida gracias a ti
XØ         dice:
*¿a mí? ¿Por qué?
G           dice:
*Ayer te escuche, apareció Mikey, hablamos tanto, lo quiero demasiado, mi padre, mi madre, los vi a todos, Frank estaba tan feliz, aun no puedo creer que halla salido de ese infierno
XØ         dice:
*¿Te rescataron del encapuchado? No te entiendo nada
G           dice:
*No es necesario que entiendas o sepas la parte fea, Frank hoy conocí a mi hijo
XØ         dice:
*¿Qué?
G           dice:
*Lindsey vino, fue algo inesperado
XØ         dice:
*¿Inesperado?
G           dice:
*Si, ella vino con mis hijos, los vi, los abrasé
XØ         dice:
*¿Dónde estás ahora?
G           dice:
*En Belleville
XØ         dice:
*Voy para allá
G           dice:
*No Frank, por favor, es peligroso
XØ         dice:
*¿Peligroso? Tu madre, tu padre, Mikey, Lindsey, tus hijos ¡TODOS HAN IDO!
¡TODOS TE HAN VISTO! No entiendo lo que me dices, no sé que hacen ellos ahí, no se si ellos te secuestraron, no sé que hiciste, no sé que pagas y no sé si te lo hace pagar tu familia, solo sé que tienes que salir de ahí
G           dice:
*No puedo
XØ         dice:
*¿No puedo?
G           dice:
*Me estoy arriesgando contándote todo esto ¿no lo entiendes? ¡Es peligroso!

En eso recordó la amenaza de Lindsey hacía unas horas ¿Lindsey ya había visto a Gerard?

XØ         dice:
*¿Hace cuanto estuvo Lindsey?
G           dice:
*Acaba de irse, hará cinco minutos
XØ         dice:
*¿No se queda contigo?
G           dice:
*Es peligroso ¡es que no entiendes!
XØ         dice:
*No, no entiendo, tengo que verte, por favor, te lo ruego
G           dice:
*Frank, cálmate, no alteres las cosas
XØ        dice:
¡No las altero! ¡Casi me matan! ¡Ese hijo de puta quiere matarme!
G           dice:
*No te hará nada por ahora, lo prometo
XØ        dice:
*¿Por ahora?  Dormiré en paz, oh si, Vamos Geezy, te lo suplico mi amor, te lo imploro
G           dice:
*Basta Frank
XØ        dice:
*¿Pero por qué no puedo verte? ¿Por qué Lindsey si puede?
G           dice:
*Veré que puedo hacer para que puedas venir ¿de acuerdo?  Yo te aviso
XØ        dice:
¡Porque mierda siempre tienes que preferir a Lindsey que a mí! ¡Porque sigues siendo tan hijo de puta conmigo!

La comunicación se cortó. Frank agarro una almohada y la mordió gritando. ¿Por qué tuvo que enamorarse de Gerard? ¿Por qué? Por un momento creyó revivir una y mil situaciones anteriores a esta, cuando Gerard lo miraba con esos ojos que no lucían el amor que alguna vez transmitían al verlo. Esos momentos, donde Lindsey estaba primero, siempre primero: Por que ella es mi esposa y tu sólo una calentura del tour. 

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sábado, 17 de marzo de 2012

Capitulo XXV

25




Frank sentía que los brazos de Brando tan grandes y musculosos terminarían asfixiándolo. Así que se zafo de estos aun lagrimeando, y se recostó en la ventana de la camioneta mientras sentía que su vida se deshacía en ese mismo instante. ¿Y si Gerard había muerto? ¿Si Mikey lo había matado? El recuerdo de sus manos ensangrentadas, secándose con una toalla como si fuera agua… Frank sintió retorcijones en el estomago.
¿Puedo ser la única esperanza para ti?
Gerard muerto, tan solo pensarlo ahora, luego de haberlo perdido ya una vez…
Tenía que volver a esa casa en ese mismo instante, pero ¿Cómo? Los chicos de su seguridad ya lo veían raro, como si estuviera loco, y quizás tenían algo de razón por como había gritado en la casa de Gerard, pero… si ellos supieran la verdad…
Pero eso era un absurdo, no podía contarle nada a ellos, no debía seguir exponiéndolos, ya había muerto demasiada gente inocente como para sumar a un par más en las manos de ese cretino. Además, Mikey sus manos ensangrentadas, joder no podía dejar de pensar en eso sabiendo que unos días antes lo había metido a su casa a tomar vino ¡Pero que estaba pensando!
Miro la ventana, el camino desierto de la noche lo llevaría mas rápido de lo pensado a casa, pero… ¿realmente quería llegar a casa después de lo ocurrido? ¿Y si Mikey lo estaba siguiendo con las manos ensangrentadas y la capucha en la cabeza? No lo sabía, pero a estas alturas no era poco probable. ¿Pero entonces? ¿A dónde rayos podía ir? ¿A un hotel? Volteo la cabeza para ver si había algún carro a la vista pero nada, la carretera seguía sin nadie alrededor más que ellos mismos.

-        ¿Podemos?... ir a otro lado – preguntó Frank sin realmente saber lo que decía
-        ¿A dónde señor Iero? – preguntó Pedro sin detener el auto

Frank se quedó callado. ¿A dónde rayos iban a ir? ¿A casa de Lindsey? Maldición, debió aprovechar esa oportunidad, Lindsey estaba tan interesada, quizás… si pudiera decirle lo que había pasado en esa casa, ella podría descubrir que rayos había pasado, por que las manos de Mikey estaban ensangrentadas. Pero no podía volver después de lo ocurrido hoy. Cherry, su pequeña niña ¿en que momento paso todo esto que él no lo había visto? ¿Acaso había algo mas en su hija que el ignoraba? Frank pensó que quizás no lo ignoraba del todo, pero tampoco tenía muchas ganas de pensar en eso. Cherry tenia 12 años, esas cosas… no, no había forma, pero es que… su hija se parecía tanto a él. Y no solo porque siempre fueron tan cercanos y ella había adoptado actitudes de su padre, si no por que… ella parecía estar también enamorada de un Way. Es como si su familia no pudiera vivir sin ellos. Él no podía vivir sin él… y ya había pasado demasiado tiempo lejos de él. Necesitaba encontrarlo, tenía que volver a esa casa, necesitaba tantas respuestas, la sangre, el padre de Gerard ¿Qué rayos hacía ahí? Esta bien, era su casa, pero también el tenia una nueva casa, grande, lujosa que le había comprado su hijo, ¿Qué rayos podía hacer en su vieja casa, esa que solo le podía recordar lo pobres que eran todos antes de que Gerard arme una banda? Además, eso no era todo, ese sonido, el movimiento, rayos era lo que mas le ponía la piel de gallina. El saco de papas ensangrentado, Gerard dentro con el cráneo destrozado, el sonríe, te mira y te dice yo te lo hago mejor.  Frank sintió que le faltaba el aire. Abrió la ventana de la camioneta y saco toda la cabeza e inhalo todo el aire que pudo pero sintió que no fue suficiente. El encapuchado, el maldito ese podía… pensó nuevamente en Mikey. Esa tarde que lo emborrachó pudo violarlo, mutilarlo,  pero no lo hizo, lo dejó ahí en su cama, no lo tocó… El encapuchado apareció en la fiesta, Dios, no podía dejar de pensar en eso. Sus amigos abiertos como reces, la sangre, la gasolina sobre ellos, su cuerpo mutilado, destrozado, no podía caminar y el lo obligaba, la explosión, ellos volando, el encapuchado riendo, arrastrando su cuerpo en el asfalto, arrojándolo sobre el gras, su cuerpo nuevamente sobre el suyo, dentro suyo, los gritos, los músculos adoloridos, agarrotados, volveré por ti, pero antes lo mataré, voy a matarlo y tu serás el único culpable.
Brando lo jaló al asiento, Frank que ahora tenia la cabeza mas empapada por haberla sacado de la ventana termino de mojar todo el tapizado del mueble. Pero eso ahora no importaba, ya luego lo lavarían los chicos o alguien, es un jodido tapiz, es agua, no es sangre como lo que tenía Mikey en las manos…. Tenia que dejar de pensar en eso, con torturarse no iba a sacar nada, Gerard no volvería a sus brazos. Si iba a hacer algo de una vez por todas, tenía que pensarlo muy bien. Debía entrar a esa cosa nuevamente a como de lugar, pero ¿Cómo?
En eso se le vino algo a la mente. Alicia debía saber algo. Era su esposa, no había forma que ignorara las salidas de su marido, algo tendría el que decirle, además era una chismosa, no iba a desperdiciar una llamada para no contar los dramas que vivía con Mikey. Hasta ahora Frank no entendía como no se habían divorciado. Busco el numero en su celular, pero no lo tenía. Claro, ¿Por qué iba a tener el número de la mujer de Mikey? Con la justa tenía el de Mikey y eso era porque estaban en la misma banda, bueno estaban… Buscó en los contactos del celular y pensó en llamar a Jamia, pero quizás duerma, o este con las chicas, sus hijas, joder debería prestarles mas atención. ¿Y si volvía a la casa de ellas? Lo más probable es que el imbécil de Shaun se halla largado de una vez por todas. Así que le pidió al chofer que lo lleve a casa de Jamia. Tenía que hablar con Alicia, y sentía que el tiempo se le estaba agotando


  Jamia sentía que era la mujer más estúpida del mundo por haber arruinado su matrimonio con Frank. ¿A quien se le ocurre meterse a la cama con David Costa teniendo a Iero como marido? Lo peor de todo fue que Frank, descubrió que lo engañaba y de inmediato le pidió el divorcio. Jamia por más que quiso arreglar las cosas, no pudo hacer mucho más, porque la rabia la embargaba en ese momento. No solo porque la habían descubierto con ese pobre diablo, si no que ella sabia que Frank la había engañado vilmente durante todos estos años con el cerdo de Gerard y ahora se hacía el marido ofendido. Es más, la engañaba desde antes que se casaran. Claro si bien Frank en una de sus borracheras se lo contó y ella se hizo la loca por que pensó que… rayos que era una calentura del momento, algo que quería probar por que el chico… no realmente no había explicación, eso no tenia explicación, ni menos justificación, no tenia nada de nada, pero Jamia lo amaba tanto y quería casarse con el, formar una familia que ignoro totalmente esa confesión, olvido lo que vio en su propia boda, todo, lo echo en el callejón del olvido y siguió con su vida adelante hasta que… un día se metió con David y la cagó. Luego del divorcio que fue tormentoso, no solo porque Frank le dijo que no tenía ningún prueba de que el la halla engañado y en cambio ella, si claro que tenia pruebas, los había visto morreando con sus propios ojos y eso era algo que él no podía perdonar. Jamia estalló y estuvo a punto de matarlo a golpes ahí mismo. ¿Pero como se atreve? El escándalo que se armó en ese bufete de abogados que le tramitaron el divorcio fue la comidilla de casi un mes en los diarios locales. Un divorcio vergonzoso, donde Jamia no podía defenderse por que la única prueba que tenía era metiendo a una de sus hijas en este lío y lo ultimo que ella quería era que sus hijas terminen mas afectadas de lo que ya estaban sabiendo que papá se mudaría de casa y ella, si ella había aceptado casarse con David Costa, claro hasta la fecha no entiende por que lo hizo, pero lo hizo y en sus papeles aparece como la señora Costa y no más como la esposa de Frank Iero. Luego del escándalo del divorcio, Frank intentó hablar con ella, pero ella estaba enojada, muy enojada y no le creía nada a su ex marido, no le importaba que le jurara por todos los santos que no la había engañado más con el, por que sabía que Frank era un mentiroso. Algunas veces de casados ella le había hablo del tema y Frank negó todo, es mas hasta se enojaba cuando Jamia le decía que seguro traía esa cara de felicidad por que venía de verse con Gerard. No podía evitarlo, sabia que no estaba loca, no eran celos enfermizos, nada de eso, su sexto sentido le decía que su marido seguía viéndose con ese cerdo a escondidas, no había duda. Pero claro, Frank no era ningún idiota, en todo el tiempo que estuvieron casados, nunca salía solo, usaba a sus hijas para eso, quizás eso era lo que mas la enojaba. Cada vez que volvía con su cara de idiota como si se hubiera ganado la lotería, de la mano con sus hijas quienes más que cansadas por el paseo parecían aburridas, ella sabía con quien habían estado. Jamia intentó persuadir a Cherry pero esta que adoraba a su padre y jamás iba a venderlo, siempre le decía que venían de Disney o algún otro parque de diversiones, cosa que Jamia sabía no siempre era así. Cuando le preguntó lo mismo a Lily, también respondía lo mismo que su hermana, era como si ambas hubieran echo un pacto con su padre para que no les cuente como se morreaba al cerdo de Gerard, pero con Lily sabía que no todo estaba perdido, era mas apegada a ella y sabía que tarde o temprano le contaría algo y así fue como Jamia confirmo lo que a pesar que intentó esconder, siempre rondó su cabeza cuando su marido no estaba ante sus ojos, que el la engañaba con ese cerdo. Fue una tarde de otoño, había comenzado una de las giras de la banda de su marido, una muy corta por que desde que nacieron los hijos de los miembros del grupo las giras cada vez se cortaban y la distancia de conciertos eran grande cosa que permitía a la banda ir a tocar y volver a casa hasta la siguiente semana que tocaban otra vez. Jamia y las niñas no lo acompañaron porqué las niñas estaban en el colegio. Lily estaba con sus peluches escondida en una esquina de su habitación, debajo de unas sabanas que colgó con un letrerito que decía “casita de Lily, no entrar”. Jamia escuchó unos quejidos de su pequeña y de inmediato corrió a preguntar que le sucedía. Al comienzo pensó que su hija se había caído o la comida le había caído mal, pero cuando Lily le dijo que estaba bien, que no le dolía nada, Jamia disimuladamente le preguntó si tenía que ver con la salida de la mañana con papá y Cherry al pueblo. Lily la miró llena de temor, no quiso contarle nada en ese momento, pero estaba muy triste y sobre todo muy asustada. Sabía que no podía contarle toda la verdad, pero al menos le diría algo a su mamita, algo chiquitito para que ayude a papito de su martirio con tío Gerard. Entonces le contó que papá le pidió que mantuviera en secreto que a veces iban a ver al tío Gerard, por que eran negocios que mamá no aprobaba. Jamia sintió ganas de ir ahí mismo donde su marido para agarrarlo a bofetadas por esos negocios que hacía con ese cerdo, pero se contuvo y siguió escuchando a su hija quien traía una carita triste que no se arreglaba ni con el helado que prometió comprarle si le contaba todo sin llorar. Lily que amaba los helados, no tenía ganas de probar uno, así que solo pensó un poquito en como decirle a mamá lo que realmente pasaba, así que le dijo que ella tenía miedo de que los negocios de papito con tío Gerard sean peligrosos porque a veces papá gritaba.

-        ¿Gritaba? – le preguntó Jamia a su hija que en ese tiempo tenía 9 años
-        Si mami, grita mucho
-        ¿Qué tipo de gritos mi amor?
-        De dolor mami… creo que tío Gerard le pega
-        ¿Haz visto a tío Gerard pegándole a tu papi?
-        No mami, ellos se encierran para sus negocios, yo solo escucho los gritos de papito, me da mucha pena pero si sabe que te dije se puede molestar
-        No te preocupes mi vida, no le diré nada
-        ¿lo prometes?
-        Si mi amor
-        Amor, ¿Dónde estás tu cuando papa hace negocios?
-        Con Cherry y Bandit en una habitación
-        ¿Habitación?
-        Si, en un hotel o en casa de Bandit cuando tía Lindsey no está en casa

Jamia sintió que iba a darle una embolia en ese momento, pero se calmó. Aspiro y exhaló tantas veces le fue posible para no correr a donde su marido estaba en ese momento y sonarlo a zapatazos llevar a sus hijas a hacer sus cochinadas con ese cerdo miserable.
Así que esa vez, no le dijo nada a Frank, ni le reclamo nunca nada sobre esas salidas misteriosas con las niñas donde ella no estaba invitada o simplemente ella estaba ocupada, enferma o de viaje. Tan solo evitaba que saliera muy seguido con las niñas o enviaba a Brando con ellos, sabía que Brando se lo contaría, era un buen chico, trabaja años a lado de Frank y sabía todos sus movimientos, sabía que si Frank se revolcaba con Gerard él se lo contaría, así como le contó cuando Frank metió a una fan al tráiler en una gira y Jamia la sacó a patadas.
Así que las salidas con Frank y las niñas disminuyeron, ahora ella por más dolor menstrual que tuviera los acompañaba casi siempre. Pero a pesar de que sabía que su marido le mentía y de vez en cuando se veía con ese cerdo quizás cuando decía que iba a grabar un disco o que mejor no lo acompañen a los conciertos por que las niñas tenían colegio, examen o algún estúpido pretexto que decía con una sonrisa en los labios y un intenso beso después, ella no podía vivir sin el,  lo amaba y sentía que aunque ese miserable cerdo estaba por ahí de vez en cuando arruinándole la vida, su relación era maravillosa, Jamia era feliz. No había día en el que su marido no le sonriera por las mañanas y le diera un intenso beso en los labios aunque en la noche no la halla tocado ni con el rose de su pierna. Todas las mañanas en las que amanecían juntos, él ponía la mesa y preparaba el desayuno, siempre que salía de gira la llenaba de regalos y detalles, y siempre la mencionaba en su twitter personal donde le dejaba mensajitos cariñosos a la vista de todas las fanáticas que deseaban tener todo lo que ella tenía. Por eso, no entendía como rayos se había metido con el idiota de David Costa. Pero la cosa ya estaba echa, y a ella solo le quedaban esos recuerdos maravillosos, junto con ese que Lindsey le recordó en la tarde. La cama rota en suiza
Jamia sintió ganas de tocarse nuevamente pero se contuvo. Las luces de un auto se estacionaron en la puerta de su casa. Ella avanzó a al ventana con los dedos cruzados. Por favor, que no sea David, que sea el jardinero, el lechero, el chico del periódico o el de la pizza diciendo que le di mal el cambio, pero que no sea David. Miró tras el vidrio y su corazón comenzó a patalearle. Era Frank. Había vuelto. Oh Dios ¡Frank había vuelto!
Jamia corrió hacia el espejo e intento acomodar vanamente su cabello, miró su maquillaje que ya estaba arruinado e intento sacarse el delineador negro corrido que le había formado unos defectuosos ojos de mapache. Limpió sus dedos manchados de negro con su vestido y corrió a abrirle la puerta.

-        ¡Hola! No sabía que vendrías tan pronto, aunque dijiste mañana y viendo la hora ya es mañana o casi ¿Cómo estas?
-        No tan bien, sigues con el vestido ¿volvió David? – preguntó Frank acercando su cabeza hacía el interior de la casa
-        No, no va volver hasta en un mes, un año, quizás no vuelva
-        ¿no?
-        No, sabes, es un aburrido
-        Vale ¿puedo pasar? – preguntó Frank que seguía en la puerta
-        Si, lo siento, que tonta soy, pasa – dijo Jamia visiblemente nerviosa, sus pies chocaron entre sí y casi se tropieza
-        ¿todo bien?
-        Si todo bien, ahí esta la pizza, ah debe estar helada y el vino, el vino esta ahí ¿te sirvo?
-        Si, gracias, no me vendría nada mal un trago – dijo Frank sentándose en el sofá

Jamia sacó las copas de vino que seguían debajo de la mesita y las lleno hasta el borde, mientras contemplaba a su ex esposo. Traía una expresión triste, sus ojos se veían hinchados como si hubiera estado llorando, y su cuerpo ¿estaba mojado? Su cabello lo estaba y casi toda su ropa parecía húmeda. Jamia quiso preguntar que había pasado pero se lo guardo al menos de momento. Se imagino que no había salido nada bueno de la conversación que había tenido con Shaun. Ese tipo era un imbécil. Siempre estaba ahí, donde nadie lo llamaba, soltando incoherencias o metiéndose en lo que no le importa.
Le acercó la copa de vino a Frank quien tardo unos segundos en reaccionar y vio como la tomo de un solo trago. Ella intento imitarlo pero se atoro en el primer sorbo. Y no era por que no estaba acostumbrada al trago, es que… se sentía tan estúpida con Frank frente a ella. Si, había sido un hijo de puta al haberle quitado la seguridad a sus hijas por ir a llevar cervezas en su cumpleaños, pero… los desayunos en la cama, las sonrisas, las palabras cariñosas, el amor que le daba aunque ni la rozara…

-        Estas con sed – dijo Jamia disimulando la atorada que había tenido. Un poco de vino le salía de la nariz
-        ¿ah?
-        Te tomaste todo
-        Si, gracias
-        ¿te sirvo más?
-        Eh… verás, quería pedirte un favor

Un favor. Claro, era obvio. Él no era de esos príncipes azules que se aparecen a la mitad de la noche a declararte su amor o al menos pedirte un rapidito en el jardín. Él quería un favor. Aunque… ¿podía ser un favor sexual?

-        ¿Cuál?
-        Veras… paso algo y necesito hablar con Alicia
-        ¿Alicia?
-        Si, Alicia

Oh, claro, me había olvidado. ¡Mikey! El remplazo de Gerard era su hermano, el de las piernas de pollo y cara de idiota. Pero ¡Como puede seguir siendo tan tonta!

-        Claro, Alicia… ¿quieres saber de Mikey? ¿Pelearon?
-        Jamia, no es lo que piensas
-        No, claro que no lo es, claro que no, solo son amigos – dijo alzando un poco la voz
-        No
-        Ah…. Vamos avanzando, es tu amante ¿novio? ¿Cómo le dices? – preguntó sarcástica, ahora se había levantado del sofá y se puso a caminar como un león enjaulado
-        No Jamia, no es mi amante, novio ni menos mi amigo, escúchame no puedo contarte mucho mas pero… hoy paso algo que horrible…
-        ¿Qué? – dijo mirándolo con ojos de animal herido - ¡Mikey te dejo por otro!
-        Escúchame por favor, fui a casa de Gerard…
-        Si lo sé, trajiste a mis hijas traumatizadas
-        Jamia, no discutamos, ¿Cómo están ellas? ¿Han hablado?
-        No eh subido a verlas, ¡estoy alterada! además Lily debe seguir durmiendo, a Cherry la escuche llorando, preferí no decirle nada ahora, ya mañana… mas tarde ¿Qué hora es?
-        No tengo idea, mis pobres bebés…
-        Supongo que son las secuelas que les dejo tu ¿romance con Gerard?
-        Jamia, por favor… no quiero que peleemos
-        Vale
-        Escúchame, necesito que hables con Alicia, esto… es algo que…
-        ¿tiene que ver con Gerard? Ah se me olvidaba, tus correítos con el muerto
-        Lindsey me dijo que Gerard posiblemente este secuestrado en la casa antigua de este, y acabo de venir de ahí… oh Jamia, no sabes lo que paso
-        Gerard se hizo pasar por muerto para fugarse con Jarrod – dijo poniendo los ojos en blanco

Frank miró a Jamia con los ojos abiertos como plato. ¿Con Jarrod? Era la segunda vez en el día que alguien le decía que Gerard estaba con Jarrod. Primero fue Shaun y ahora Jamia…

-        ¿Por qué dices eso? ¿Por qué Gerard estaría con Jarrod?
-        Olvídalo ¿quieres?
-        No, no puedo, dímelo Jamia

La respiración agitada de Frank intento volver a la normalidad pero era difícil. Jarrod. Que rayos tiene que ver ese hijo de puta con Gerard. Acerco la botella de vino, se lleno la copa y la bebió de un solo golpe.

-        ¿vas a decirme que viste? – preguntó Jamia con las manos en la cintura, seguía de pie con la misma expresión, la mirada herida, el rostro lleno de estrés de un animal enjaulado
-        Si, pero debes prometerme que quedara entre nosotros, es peligroso ¿lo entiendes?
-        Si que estas misterioso – dijo sentándose
-         Estuve merodeando en la casa antes de tocar, bajé a la puertita que daba a la habitación antigua de Gerard
-        Esa donde me engañabas con el
-        Jamia por favor
-        Dale, sigue
-        Ahí… escuche un ruido, como un golpe seco, era como…

Un saco de papas. Ensangrentado, Gerard dentro, el cráneo destrozado, la mirada fija, su último aliento, la sangre, tanta sangre.

-        Un mueble, algo que movían, jalaban, no se… me asusté… luego escuché el televisor y de ahí apareció el padre de Gerard en la puerta principal cuando estaba por tocar
-        Bueno, es su casa ¿no? – dijo tomando un poco de vino
-        Él vive en los Ángeles ¿Qué demonios hacía ahí?
-        ¿quieres que le pregunte eso a Alicia?
-        Hay más… Mikey también estaba ahí, Jamia… tenía las manos llenas de sangre

Jamia quien tenía la copa de vino en la mano y en ese instante bebía un sorbo, volvió a atorarse. ¿Manos ensangrentadas? ¿Pero de que rayos?

-        Lo siento, no quería que te atores
-        No, esta bien, joder pero ¿manos ensangrentadas?
-        Ahora me entiendes, no puedo contárselo a nadie, eres la primera en saberlo,  se supone que se lo diría a Lindsey, fue ella quien me dio esa teoria, pero ya viste lo que paso con Cherry, no sé que hacer Jamia, no sé que pensar
-        Ya, yo tampoco, entonces ¿Mikey tiene secuestrado a su propio hermano? Espera su padre sabe de esto si estaba ahí… no puedo creerlo, esa familia esta loca ¿Qué hiciste cuando lo viste así a Mikey todo… ensangrentado?
-        Grite, Jamia me puse a gritar como un loco, Brando se acercó con Pedro y me sacaron, estaba lloviendo, rayos estoy ensuciando el mueble – dijo levantándose
-        No importa, olvídalo… siéntate por favor
-        ¡Jamia no sé que hacer! – chillo Frank
-        Ese tipo… que te ataco… ¿tiene que ver en eso? ¿ese tipo es… Mikey?
-        No lo sé
-        Pero… ¡Tienes que llamar a la policía! Joder Frank, si Mikey es el que esta detrás de todo eso…
-        Gerard me dijo que no llame a la policía, es peligroso, Dios ese loco podría hacerle algo a las niñas, a ti, no me lo perdonaría jamás, ustedes son lo más preciado que tengo.

Ustedes. Dijo ustedes. Las niñas y ella. Jamia esbozo una estúpida sonrisa en el rostro. ¿Sera que nunca dejo de amarla? Disimuladamente le lleno la copa de vino a Frank al tope y este sin pensarlo se la bebió de un solo golpe. Se veía tan lindo con el rostro colorado por el alcohol.

-         ¿Qué te paso en el dedo? – preguntó Jamia al notar que traía vendas en el
-        No quiero hablar de eso
-        ¿él te hizo eso?
-        Por favor… - dijo Frank a punto de llorar
-        Oh Dios mío Frank, yo pensé que esto había acabado, pero… no es así, tienes que avisar a la policía, ¡van a matarte!
-        No puedo, va a matar a Gerard, Jamia por favor habla con Alicia, ella sabe algo, lo sé
-        De acuerdo, llamaré a Alicia, le preguntaré, haremos que ese loco valla a la cárcel, oh Frank aun no puedo olvidar ese día cuando te encontré en la cocina… estabas
-        Jamia, basta, por favor…

Frank se acurruco en el sofá mojado por su cuerpo. Jamia lo miraba con los ojos escociéndole. Frank en el piso de la cocina, lleno de orines, golpeado, amarrado, desnudo, inconsciente. ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Es Mikey?  ¿O es que Gerard no se cansa de torturar a Frank?